"Quiero jugar bien y disfrutar", dice Ballesteros en su regreso

El Open de Madrid, el antepenúltimo torneo del circuito europeo de golf, acude de hoy al domingo a su cita con el Club de Campo con diversos alicientes. La mayoría, profesionales. Y algunos, personales.

Entre los primeros destaca la búsqueda del escocés Colin Montgomerie de más euros para tratar de garantizarse otro triunfo -sería el noveno: de 1993 a 1999 y en 2005- en la orden de mérito, la clasificación final por ganancias. Ahora es el líder, con 2,5 millones, pero tiene al neozelandés Michael Campbell, con 2,4, muy cerca. El torneo de la carretera de Castilla repartirá un millón y el campeón se llevará 166.660.

Entre los segundos, sin duda, el regreso de Severiano Ballesteros a la competición después de haberse pasado en blanco 2003, 2004 y lo que va de 2005 tras cansarse de fallar cortes en los cursos precedentes. A sus 48 años, cumplidos en abril, sus crónicos dolores de espalda parecen estar concediéndole un respiro gracias al gimnasio, la natación -"nado 30 minutos diarios como mínimo", concreta- y el ciclismo y quiere darse otra oportunidad. Para ello se ha preparado a conciencia: dando bolas, 250 cada día, y jugando partidos.

"Mis expectativas para esta semana son, simplemente, jugar bien y disfrutar", advierte el cántabro; "estar aquí ya es un premio. Si encima quedara entre los diez primeros o ganase... Todos podemos soñar. El mundo está lleno de sorpresas. Y el golf, también. Me siento tranquilo. No tengo miedo, aunque, por supuesto, he perdido algo de toque. Echaba de menos competir. El golf es mi pasión y me gusta la presión. Siempre hay momentos en los que piensas que, a lo peor, ya no juegas más. Pero, por dentro, siempre quise volver. Eso sí, este paréntesis me ha permitido estar más con mis hijos".

La idea de Ballesteros es ir recobrando poco a poco la confianza y regresar en 2006 al Masters de Augusta, un grande que se anotó en 1980 y 1983 y que siente en su piel.