El abrazo 'soñado' y el lapsus de Luis

El asalto disputado el pasado lunes en Las Rozas por Puyol y Vicente, insólito en la selección española, supone una metáfora de lo que hoy día es España, un equipo desgobernado en el que conviven distintas familias. Una pelea que quizá no fuera casual, a tenor de los antecedentes de los dos protagonistas: en mayo, en un entrenamiento en Valencia de cara al España-Lituania, una entrada de Vicente le produjo a Puyol un esguince en el tobillo izquierdo y un choque entre ambos provocó una tangana en un Barça-Valencia en diciembre de 2004. Fueran o no esas las causas de la bronca, lo cierto es que ni el azulgrana ni el valencianista hicieron ayer en público el más mínimo gesto de reconciliación. Cada uno a lo suyo y con mala cara. No hubo armisticio público y, al parecer, tampoco en privado, por más que el seleccionador, Luis Aragonés, intentara fabular al respecto. En una rueda de prensa en Barajas, Luis aludió así a la pugilística escena: "Fue un incidente normal en el fútbol, fruto de una disputa de balón; pero al llegar al vestuario se abrazaron y hablamos con ellos". "Realmente", prosiguió el técnico, "no me pareció tan fuerte, en las redacciones de muchos medios he visto cosas peores". ¿Por qué no habló con ellos en público para que quedara constancia? "¿Para qué, para dar más espectáculo? Mejor arreglarlo en la cocina".

Luis siguió quitando hierro a la pelea aludiendo en más de una ocasión al abrazo con la que fue zanjada hasta que un periodista le insistió en saber con certeza si realmente existió tal abrazo. Minutos después de haber deslizado por primera vez el abrazo entre los dos jugadores, Luis respondió: "Ahora mismo no sé si se abrazaron... para mí es lo mismo que tener la intención". ¿Pero se abrazaron o no? "Yo no lo vi, cuando he dicho abrazo me refería a un acto de nobleza entre ambos".

Más directo estuvo Luis cuando fue interrogado por unas declaraciones de Clemente en las que afirmaba que la selección que él entrenó era mejor que la actual. Una opinión contra la que Luis se revolvió con ironía: "No quiero entrar en el tema de Mourinho. Ah, Mourinho no... digo Clemente".