Urzaiz sufre una lesión crónica
Un hematoma sangrante en el cuádriceps de la pierna izquierda "le permitirá jugar según el dolor que sienta", según Sabino Padilla
Ismael Urzaiz, delantero del Athletic, padece "una lesión crónica y de entidad clínica", según anunció ayer el jefe de los servicios médicos del club rojiblanco, Sabino Padilla. El misterio fue revelado en la sala de prensa de Lezama en torno a una lesión a la que nadie encontraba explicación o, al menos, no la ofrecía públicamente.
El dictamen médico indica que el hematoma sangrante que sufre el jugador "puede ser para siempre" y que le mantendrá disponible "siempre en función del dolor que le produzca". "Es una lesión rara", dijo ayer Padilla, "pero con un índice de severidad importante y hay que tener cuidado".
Urzaiz, recién renovado por la actual Junta Directiva, sufrió un golpe en julio, ante el Dinamo Dresde, en la pretemporada, que en principio no revestía mayor importancia. Sólo se trataba de una contusión en el cuádriceps de la pierna izquierda que le alejaba del trabajo pero sin mayor trascendencia. La baja de Urzaiz se prolongaba y ello alimentó las dudas sobre la actitud del jugador, siempre muy estricto en las recuperaciones absolutas, y poco dado a las aventuras físicas, según sus detractores.
"Hay problemas peores, pero mucho más recuperables", opina un médico especializado
A medida que avanzaba el tiempo, el club se dio cuenta de que el problema era mayor. El hematoma en el cuádriceps sangraba internamente lo que impedía que remitiera el dolor y por lo tanto le impedía al futbolista estar disponible para regresar a los terrenos de juego. Los malos resultados del equipo hicieron que el entorno se acordara en mayor medida de él, hasta el punto de que se aventuró que, en principio, iba a estar disponible para un amistoso ante el Toulouse (que finalmente no se celebró) o para el partido del domingo frente al Sevilla. Sabino Padilla descartó ayer esta última posibilidad sin poner fecha fija para el retorno de Urzaiz a los terrenos de juego.
Todo depende del hematoma y de su sangría interna. Si sangra le dolerá y no podrá jugar; si no, estará a las órdenes del entrenador, José Luis Mendilibar, que le añora.
La definición como crónica de su lesión no significa que el jugador deba padecerla para siempre. "Se trata, exclusivamente, de definir una situación, y es que superados los plazos normales la dolencia no ha remitido. Hay lesiones más graves, musculares o de rodilla, por ejemplo, de las que los futbolistas se recuperan sin problemas", afirma un médico especializado.
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