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Una muestra detalla la rica evolución de la pintura de Jiménez Aranda

La exposición reúne óleos, grabados y objetos del artista en Sevilla

Una exposición detalla desde ayer la rica trayectoria artística del pintor José Jiménez Aranda en la Sala Villasís del Centro Cultural El Monte de Sevilla. Jiménez Aranda (Sevilla, 1837-1903) fue un pintor de largo recorrido que abrazó en sus inicios la tradición costumbrista romántica sevillana para entrar, posteriormente, en la órbita de influencia de un positivismo racionalista de fuerte contenido social.

La exposición, que permanecerá abierta hasta noviembre, reúne 60 óleos. Además, el público puede contemplar grabados y objetos pertenecientes al artista. En la muestra están representadas las distintas etapas del trabajo de Jiménez Aranda: etapa de formación (1860-1870); etapa jerezana (1864-1868); etapa romana (1870-1876); etapa sevillana (1876-1879); etapa parisina (1880-1890); etapa madrileña (1890-1893), y su etapa final (1893-1903).

La exposición da cuenta, así, de las primeras obras del pintor en la escuela romántica de Sevilla; sus contactos con el mercado internacional en Roma y París; su relación con el Círculo de Bellas Artes de Madrid, y su acercamiento al regionalismo andaluz, que se concretó en su estancia en Alcalá de Guadaíra (Sevilla) tras el fallecimiento de su mujer e hija en Madrid a causa del cólera.

El comisario de la exposición, Juan Fernández Lacomba, señaló que Jiménez Aranda "fue un pintor muy abierto a las circunstancias". "En Roma se pondrá en primera fila de los herederos del fortunismo [continuadores del pintor Fortuny], lo que le aportará fama internacional y dinero. Trabajó con los grandes marchantes internacionales. Los cronistas dicen que en París fue un pintor que estaba encerrado con su familia como una perla en una ostra. En París convive con el simbolismo. Y el artista se contagia de eso", dijo el comisario de la exposición. "La figura de Jiménez Aranda es importantísima, dada su docencia e influencia en las generaciones posteriores", concluyó Fernández Lacomba.

Por su parte, el presidente de la Fundación El Monte, Ángel M. López y López, hizo hincapié en "la importante tarea investigadora" desarrollada al calor de la exposición. Uno de sus frutos más brillantes es un magnífico catálogo.

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