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Un sindicato denuncia el pésimo estado de los coches del Cuerpo Nacional de Policía

La CEP asegura que muchos agentes tienen que patrullar a pie por falta de vehículos

F. Javier Barroso

La situación del parque móvil de la Jefatura Superior de Policía de Madrid es pésima. Los agentes de las comisarías de la región tienen que patrullar a pie ante la falta de vehículos radiopatrullas. Además, los que funcionan se encuentran en un estado deplorable y los afectados tienen que jugarse la vida ante graves averías de la dirección o frenos. Así lo ha denunciado la Confederación Española de la Policía (CEP), que ha solicitado medidas urgentes. La Dirección General de la Policía (DGP) asegura que hay un plan para renovar los vehículos antes de diciembre.

El secretario general de la CEP en Madrid, José Miguel Lorenzana, mantiene que el parque móvil es "deplorable". Pone como ejemplo el caso de la comisaría de Puente de Vallecas, una de las más importantes de la capital. El pasado verano, el 60% de los servicios tuvieron que ser prestados a pie por los policías, ya que de los nueve radiopatrullas sólo funcionaban dos. "La situación no ha cambiado mucho. Ahora tienen que trabajar con cuatro para un distrito tan grande", añade Lorenzana.

El ejemplo de Puente de Vallecas se repite en las 31 comisarías de la región. Los conocidos zetas están llenos de golpes, arañazos y desperfectos visibles para cualquier viandante, según la CEP. Pero el interior resulta aún más deprimente. Suelen estar llenos de basura, con los cables sueltos y con los asientos rotos.

La presión de las pistolas contra los respaldos ha hecho agujeros que dejan al descubierto la gomaespuma, con el consiguiente problema de salubridad. "Las emisoras han sido arrancadas en muchas ocasiones y los cables están colgando", explica el secretario general de Madrid.

Extintores sin carga

El abrir los maleteros también supone una experiencia. Suelen estar llenos de respuestos que se han ido cayendo en diversos golpes, de extintores que carecen de carga y de suciedad acumulada.

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Los radiopatrullas son los vehículos que más sufren. De hecho, no paran en las 24 horas del día y son conducidos por policías que los manejan con estilos muy diversos. Todo eso pasa factura en el motor, que muchas veces no aguanta. El caso de los vehículos camuflados tampoco resulta mejor.

Los vehículos tienen miles de kilómetros, porque no paran en todo el día. Esto hace que las comisarías y las brigadas siempre tengan coches estropeados. "Si se dejan en los talleres, tardan muchos días en poder recogerlos por la cantidad de trabajo que tienen. La empresa del renting [pago por el uso durante un determinado tiempo] sólo tiene obligación de reponerlos si tardan más de una semana en ser entregados", afirma Lorenzana.

Un simple vistazo a las entradas de las diversas comisarías que hay en la región permite comprobar, según la CEP, el mal estado de los coches. Las puertas suelen estar abarrotadas de radiopatrullas y camuflados que no funcionan.

Un caso especial es de las Unidades de Intervención Policial (UIP), más conocidas por antidisturbios. El secretario de Organización del CEP, Lorenzo Nebreda, asegura que son "con diferencia" los peores vehículos de todo el cuerpo. Algunas furgonetas Mercedes tienen más de 10 años y motores con más de 250.000 kilómetros.

Las furgonetas más modernas son las Fiat Ducato. Tienen dos años, pero han dado un resultado mucho peor. Según el CEP, están muy mal diseñadas y los motores no han resistido lo que sus antecesoras Mercedes. No hay sitio suficiente para los cascos de protección, no entran las escopetas y los agentes que miden más de 1,85 metros de altura no entran bien, por lo que tienen que ir encogidos.

"El problema de Madrid es que siempre hereda el material móvil de la Unidad Central de Intervención (UCI). Como son los antidisturbios que se mueven por toda España, los entregan con miles de kilómetros. Y esos motores no aguantan", añade Nebreda.

En Madrid funcionan nueve grupos operativos de UIP, con 50 agentes cada uno. Cada grupo tiene siete furgonetas, lo que supone un parque móvil de 63 vehículos. La sede está en el complejo policial de la calle de la Tacona, en Moratalaz.

Según un portavoz de la DGP, la Jefatura Superior de Policía tiene asignados 1.515 vehículos, de los que 511 han sido contratados por el sistema de renting. Son muy pocos los que superan los cuatro años de antigüedad. Antes de que termine el año, está previsto renovar 248 coches patrulla.

A eso se unirá un plan de la Dirección General de la Policía que prevé incorporar 701 vehículos en todo el territorio español. Madrid en este caso será una de las que más reciba, según el portavoz policial.

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Sobre la firma

F. Javier Barroso
Es redactor de la sección de Madrid de EL PAÍS, a la que llegó en 1994. También ha colaborado en la SER y en Onda Madrid. Ha sido tertuliano en TVE, Telemadrid y Cuatro, entre otros medios. Licenciado en Periodismo por la Universidad Complutense de Madrid, está especializado en Sucesos y Tribunales. Además, es abogado y criminólogo.

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