El dardo de Deco

El Barça no está desplegando el juego vistoso de la temporada pasada, directo y con una presión agobiante en campo contrario. Es, quizá, un tanto más resultadista y menos actractivo. Y el centrocampista Anderson Luis de Sousa, Deco, parece sentirse en el ojo de la crítica. "La presión que sufrimos Ronaldinho y yo es tremenda", explicó ayer en una amplia entrevista publicada en el suplemento del diario portugués Record. Y abundó: "Cuando las cosas van bien y el equipo gana, somos los primeros en ser elogiados. Pero cuando van especialmente mal, también somos los objetivos preferidos". Johan Cruyff, sin ir más lejos, le ha criticado recientemente por su bajo rendimiento en este arranque de temporada. Y el técnico azulgrana, Frank Rijkaard, hace dos semanas, le descartó para el partido ante el Betis.

Tal es el malestar de Deco, que llegó a afirmar que "en este momento hasta puedo decir que me siento mejor en la selección que en el Barça". Y respondió esto ante el interrogante del entrevistador: "Por varias razones. No es sólo la presión, sino más bien por cuestiones de afinidades", sentenció el futbolista. Y añadió: "En la selección portuguesa estoy en un grupo de amigos, con bastantes complicidad entre todos y en un ambiente más relajado". Enfrentado con Figo en la pasada Eurocopa -es brasileño pero se nacionalizó portugués el 29 de marzo de 2003-, y por el liderazgo del equipo, Deco debutó con la selección lusa contra Brasil y consiguió, de falta, el único tanto del partido y la victoria de Portugal sobre la canarinha después de 37 años. En la Eurocopa alcanzó la final para perder por la mínima ante Grecia. "Ahora está claro que no acepté jugar en la selección por una cuestión de cálculo, sino porque aquí me siento como en casa", concluyó Deco, que siempre que puede acude a Leça da Palmeira, donde tiene una casa. "Para mí es un placer cada vez mayor representar a la selección. No concibo mi vida sin estar ligado a Portugal y a Oporto".

También se refirió a su fichaje por el Barça en detrimento del Chelsea, que quiso hacerse con sus servicios a la par que el técnico José Mourinho. "No tengo nada contra Mourinho, todo lo contrario; le debo muchos de mis éxitos, pero necesitaba un nuevo desafío en mi carrera, un campeonato diferente, un club diferente, un lugar donde pudiese triunfar solo", argumentó el jugador. Y concluyó: "La opción del Barça fue natural porque era un club al que admiraba mucho". Deco, que en una sola temporada se ganó a pulso el cariño de la afición azulgrana y se convirtió en uno de los referentes del Barça, reclama ahora un poco menos de presión y, al parecer, más cohesión en el vestuario. Todo un dardo.