Un problema llamado Valencia
Los socialistas de la capital plantan cara a Blanquerías por la candidatura de la ciudad a raíz de una declaración de Sevilla
Falta un año para que el PSOE afronte el proceso de elección -con o sin primarias- de los cabeza de lista a los comicios municipales y autonómicos de 2007 y en la ciudad de Valencia ya han saltado las primeras chispas.
Las especulaciones en el seno del PSOE y del propio PSPV acerca del perfil más adecuado para hacer frente a una imbatida Rita Barberá, que gobierna ininterrumpidamente desde 1991 la tercera ciudad de España, se han disparado a raíz de lo que consideran la "ocurrencia" o boutade del ministro valenciano Jordi Sevilla. El titular de Administraciones Públicas, en un almuerzo con empresarios y miembros del partido, sorprendió a todos cuando anunció "una sorpresa" electoral para Valencia que el actual portavoz socialista en el Ayuntamiento de Valencia, Rafael Rubio, interpretó, al igual que otros muchos, como una desautorización para ser el oponente político de Barberá en 2007.
Las explicaciones del gabinete del ministro, que aseguraron que Sevilla se había referido a los buenos resultados que un sondeo electoral daba al PSOE en esta ciudad, sirvieron de poco y el escándalo, lejos de salpicar al ministro, lo ha hecho en Blanquerías, sede de los socialistas del País Valenciano.
El grupo socialista en el consistorio valenciano, el propio Rubio y su entorno exigieron a partir de ese momento un gesto explícito de apoyo del secretario general de los socialistas valencianos, Joan Ignasi Pla, con el que Rubio sostiene unas correctas pero frías relaciones. Y es que en el cuartel general del PSPV los resultados conseguidos en la ciudad de Valencia en los comicios de 2003 -si bien fueron los mejores desde el año 1991 en términos absolutos, como subraya el propio Rubio- no son suficientes para conseguir una victoria autonómica. Sólo la ciudad de Valencia representa un 20% del voto autonómico.
Rubio no acepta que el problema sea él y ya ha expresado en más de una ocasión que le gustaría ser de nuevo candidato en los comicios de dentro de dos años -la noche del jueves y en una cena convocada por el lermismo reiteró su deseo-.
Requerido por el propio Rubio, Pla prefirió no hacer ninguna manifestación pública para no amplificar el episodio interno y porque el candidato para 2007 no está decidido, decisión que ha molestado profundamente a Rubio y a parte del grupo municipal. El contencioso ha llegado a debatirse en la última ejecutiva de la ciudad de Valencia, donde se censuró sin tapujos la actitud de Pla.
Las interpretaciones de uno y otro lado son variadas. "Rubio [y su entorno] está haciendo ruido para desanimar a posibles candidatos alternativos. Quiere asegurarse que será candidato en 2007", advierte un dirigente socialista cercano a Pla. "Si fuera él sólo..., pero tiene varios concejales y asesores detrás que le presionan", agrega esta fuente.
En Ferraz, sede del PSOE, no dicen ni sí ni no a ningún candidato, sólo remiten a la fecha de octubre de 2006, donde está previsto que arranque el proceso de primarias. La única pista que el secretario de Organización federal, José Blanco, dio hace un tiempo en una reunión interna del partido es que no habrá necesariamente primarias (proceso en que la militancia vota cuando hay más de un candidato) en las grandes ciudades y Valencia es una de ellas. Y en este contexto Pla ya ha dicho que Rubio puede ser un buen candidato, pero también otros.
La única coincidencia entre las direcciones federal nacional y local es que la decisión no está tomada todavía. Las especulaciones acerca de que pueda ser una mujer siguen precisamente en ese plano, en el de la especulación.
En medio de esta trifulca interna por la candidatura de la tercera ciudad de España, que parece controlada o cuanto menos, opinan otros, aplazada para dentro de unos meses, Rubio insiste en que no se puede plantear los resultados electorales de 2003 como una rémora para el partido. "Tengo que recordar que esta ciudad estuvo gobernada por el PSPV con tan sólo un concejal más de los doce que ahora somos", arguye el portavoz. Y de la lista electoral para los próximos comicios, Rubio recuerda que la elabora la comisión ejecutiva local y la refrenda la organización comarcal del partido. "No he renunciado a presentarme, pero si el partido apuesta por otro candidato porque es la panacea seré el primero en proponerle", declaró.
Fuentes del PSPV apuntan que el secretario general del partido en Valencia habría hablado con Pla de su futuro político en caso de no encabezar la lista por Valencia.
"Las filtraciones del entorno de Pla apuntan contra Rubio y envenenan el ambiente", concluye uno de los ediles del grupo socialista en Valencia, que lamenta que una ocurrencia del ministro haya puesto a los pies de los caballos la labor del grupo a dos años de las elecciones. "No entendemos que se debilite a Rubio cuando no existe un candidato claro", apunta esta misma fuente.
En las elecciones municipales de 2003, el PSPV quedó en la ciudad de Valencia a una distancia del PP de 20 puntos, con un recorte de cuatro puntos con respecto al resultado obtenido en los comicios de 1999.
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