Terror en el metro
La mujer empujada a las vías por un desconocido continúa en estado muy grave
"Todavía no nos creemos lo que ha pasado. Estamos desolados y ahora queremos que Miriam supere todo esto". Con los ojos llorosos se expresaba Mercedes García, un familiar cercano a Miriam Alonso Corralizo, la mujer de 20 años que fue arrojada al metro la tarde del pasado martes presuntamente por Jorge R. V., un vecino de Fuenlabrada de 23 años.
El suceso se produjo pasadas las ocho de la noche. Miriam Alonso acababa de dejar su trabajo como auxiliar administrativo en una asesoría jurídica y de empresas, en el número 110 de la calle de la Oca. Allí está contratada desde el pasado noviembre. La mujer bajó a la estación de metro de Carabanchel para dirigirse a su domicilio en Fuenlabrada.En Fuenlabrada vive con su hermano, que es un año mayor que ella. La mujer se dirigió al andén 1 de la línea 5 (Casa de Campo-Canillejas), en dirección a la estación de la Casa de Campo. Sin mediar palabra y de repente, se acercó a ella el vecino de Fuenlabrada Jorge R. V., de 23 años, y la empujó presuntamente justo cuando pasaba el metro a su altura. Después se quedó en el andén sin moverse.
El tren arrolló a la mujer y le produjo la amputación de la pierna izquierda a la altura de la pelvis. La sección no fue limpia, sino con desgarro, lo que impidió que le fuera implantada de nuevo en el hospital. También sufrió erosiones graves en la pierna derecha y múltiples golpes en la cara y el tórax, según un portavoz de Emergencias Madrid.
La mujer continuaba ayer ingresada en la unidad de cuidados intensivos (UCI) de politraumatizados del servicio de urgencias del hospital Doce de Octubre. Su pronóstico era muy grave. La víctima fue intervenida quirúrgicamente la noche del martes. Los facultativos le tuvieron que transfundir 25 bolsas de sangre, debido a la hemorragia tan grave que le produjo la amputación de la pierna. La víctima continuaba sedada.
Las próximas 72 horas serán cruciales en el estado de Míriam Alonso. Es el tiempo para ver si cicatriza la herida y si no rechaza alguna de las transfusiones que le hicieron. "Los padres sólo están pendientes de cómo evolucione su hija. Ahora mismo no tienen otra preocupación. Luego ya pediremos que se aclare todo lo ocurrido y ver qué le pudo pasar al hombre que la tiró al metro", señaló la portavoz de la familia, Isabel González.
Míriam Alonso es la mayor de dos hermanos. Toda su familia reside en el municipio de Logrosán, situado a 100 kilómetros al este de Cáceres. Según comentó la portavoz, lleva dos años viviendo en Fuenlabrada. Llegó a la capital para iniciar unos estudios y al completarlos se puso a trabajar.
Algunos familiares de Logrosán señalaron que el padre se trasladó a la capital para trabajar en la construcción, pero que luego, cuando se jubiló, decidió volver a la localidad cacereña, mientras sus hijos se quedaban en Fuenlabrada.
"Lo que tenemos claro es que no había ninguna relación entre Míriam y el hombre que la tiró al metro, pese a que ambos vivían en el mismo municipio [Fuenlabrada]. No se conocían de nada, según sabía la familia", comentó la portavoz familiar. "Míriam es un cielo, todo alegría y juventud. Siempre estaba contenta, riendo. Es muy dicharachera", añadió Mercedes García con lágrimas en los ojos.
Las escenas de dolor se repitieron durante todo el día en el servicio de urgencias del hospital Doce de Octubre, donde la familia permanecía para entrar a las horas de visita y ver a Míriam. Detrás estaba el dolor al ver rota la vida de una joven de 20 años que ayer se debatía entre la vida y la muerte, según comentaron fuentes de la familia.
Escenas de dolor
La forma de enterarse por parte de los allegados de que Míriam Alonso había sufrido un accidente tan grave también causó malestar en la familia. La echaron en falta conforme pasaban las horas y no llegaba a su domicilio de Fuenlabrada. La llamaron al teléfono móvil en reiteradas ocasiones, pero no contestó. Al final, un familiar se enteró del ataque a una mujer en el metro de Carabanchel y comenzó a llamar al hermano y al novio. Éstos telefonearon a los hospitales de la capital, hasta que en el Doce de Octubre le confirmaron que estaba ingresada.
Los padres de la joven salieron de Logrosán a la una de la madrugada. Cuando llegaron al hospital, un médico les facilitó un teléfono para que llamaran a los investigadores de homicidios ayer por la mañana. Dos inspectores de policía acudieron al hospital e informaron de lo ocurrido. "La familia quiere saber lo sucedido, qué va a pasar con la persona presuntamente responsable del empujón, y pide que se actúe", explicó la portavoz.
A mediodía de ayer, la consejera de Transportes, María Dolores de Cospedal, visitó el hospital y ofreció la colaboración de todos los trabajadores de la red de metro para ayudar en la investigación que intente aclarar lo ocurrido. Entre las pruebas se encuentran las grabaciones de las cámaras de seguridad del metro.
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