William Christie y la energía juvenil

Tiene el festival de música antigua de Ambronay una destacada presencia española, latinoamericana y portuguesa en su actual edición. Y ello tanto desde el punto de vista de los intérpretes -Jordi Savall, López Banzo, Luis Antonio González y Los Músicos de su Alteza, Emilio Moreno y La Real Cámara, Miguel Poveda, Carlos Mena, Ana Yepes, entre los españoles- como, especialmente, por los creadores representativos a los que se dedican programas monográficos desde diferentes nacionalidades y perspectivas estilísticas.

Punto y aparte del festival es la Academia, un proyecto de formación de instrumentistas, cantantes y bailarines durante un mes al frente de un renombrado maestro, que desemboca en una gira europea. La Academia, que comenzó con Jordi Savall, existe desde 1993. Este año ha estado a cargo de William Christie y la obra elegida ha sido L'Europe galante, de André Campra, ópera-ballet en cinco entradas, estrenada en París el 24 de octubre de 1697. La dirección escénica ha sido realizada por Javier López Piñón y la coreografía barroca por Marie Geneviève Massé. El espectáculo recalará el próximo sábado, 8 de octubre, en el teatro Arriaga de Bilbao y al día siguiente en el Kursaal de San Sebastián, en un hueco encontrado entre las representaciones de las óperas de Vichy y Versalles.

Es la tercera vez que Christie, gran pedagogo, se pone al frente de la Academia de Ambronay, después de las fructíferas experiencias de 1994 con David et Jonathas, de Charpentier, y de 1998 con Thésée, de Lully. El casi centenar de alumnos que participan este año ha sido seleccionado con la colaboración de los conservatorios de Lyón, París y La Haya, la Guilhall School de Música y Drama de Londres, la Schola Cantorum de Basilea y la Escuela Superior de Música de Cataluña en Barcelona. El Festival de Ambronay ha dejado por unos días su actividad en abadías, iglesias y monasterios y se ha trasladado al teatro de Bourg-en-Bresse para el estreno del espectáculo.

Tópicos y humor

L'Europe galante pertenece al género de ópera-ballet, muy en alza a finales del XVII y primeras décadas del XVIII. Su tema rueda alrededor de los usos y costumbres amorosas de los europeos. Tras la primera entrada, con personajes como Venus, las Gracias, los Placeres y la Discordia, cada una de las siguientes está dedicada a un país concreto: Francia, España, Italia y Turquía. La obra esta llena de tópicos, pero tiene sentido del humor y musicalmente es deliciosa

La orquesta, con instrumentistas de 21 países, emana una vitalidad y energía extraordinarias a las órdenes de William Christie. En los cantantes hay de todo y los bailarines están a buen nivel. La puesta en escena está llena de frescura, con una gran agilidad en el movimiento, sentido plástico en la composición de los grupos e imaginativo vestuario en estilo cotidiano. Todo emana cercanía. Lo pueden comprobar el próximo fin de semana en Bilbao y en San Sebastian. No se van a arrepentir.