Invencible Chelsea

No valen los sortilegios ni las maldiciones. Da igual que en frente esté el campeón de Europa. Nada puede con el Chelsea. Ni siquiera la magia de Anfield, el escenario de sus peores pesadillas, testigo de su eliminación de la Copa de Europa la pasada campaña, un polvorín de pasiones repleto de gargantas inasequibles al desaliento. La grada de Anfield siempre anima. The Kop nunca calla. Ni siquiera cuando su equipo cae goleado por el enemigo más odiado, el Chelsea, que derrotó al Liverpool con Drogba como martillo.

Drogba no marcó. Pero no es un delantero que viva sólo de sus goles. Lo suyo es crear espacios, fijar la defensa rival y luego desarbolarla gracias a su velocidad. Drogba provocó un penalti, percutió una y otra vez contra los centrales dispuestos por Rafa Benítez, el entrenador del Liverpool, y dejó una jugada para el recuerdo. En el balcón del área, rodeado de contrarios, el delantero marfileño recibió el balón, lo elevó sutilmente de un taconazo, e Hyypia, espectador privilegiado, ya sólo pudo ver cómo Duff marcaba el segundo del Chelsea. Tanto afectó la jugada al defensa, normalmente hierático e inexpresivo, que al poco cedió un balón que a punto estuvo de utilizar para marcar el tercero el delantero marfileño. Los errores eran cosa del Liverpool. El acierto, del Chelsea.

Poco importó que Gerrard llegase a empatar el partido o que el Liverpool se lanzase a por el encuentro agarrado a la altura de Crouch y a los pases de Alonso. Poco importó que la grada tocara a rebato o que Del Horno, nuevamente titular en el lateral izquierdo de los blues, fuese probado por Luis García. Era el día de Drogba. Era la tarde de sus diagonales, que abrían inmensos pasillos para las llegadas de Cole y de Duff. Fue una tarde para empezar a pensar que la Premier, como un traje viejo, se le empieza a quedar corta al Chelsea. "Estamos delante. A los otros les toca cazarnos. Con estos números, es el momento de que empiecen a respetar a este club y sus jugadores. Desde hace un año batimos récords", dijo José Mourinho, el entrenador del Chelsea, tras el partido. Con su victoria ante el Liverpool, el Chelsea ya tiene nueve puntos de ventaja sobre el Charlton, diez sobre el Manchester United y once sobre el Arsenal. Normal: ha ganado sus ocho partidos de Liga y sólo ha permitido dos goles.

El Liverpool, con dos partidos menos, ya está a 17 puntos de los londinenses. "Nuestros errores han cambiado el partido", dijo Benítez. "Aunque sabemos que tenemos que mejorar, vamos a seguir con las mismas ideas". A Anfield le da igual. En el triunfo y la adversidad, su grada sigue animando. El equipo fue despedido a lo grande.