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Crónica:FÚTBOL | Sexta jornada de Liga
Crónica
Texto informativo con interpretación

El Athletic despierta al Villarreal

El equipo de Pellegrini suma su primera victoria como local gracias al conservadurismo bilbaíno

Sucedió hace dos jornadas en el Bernabéu, y la historia volvió a repetirse ayer: el Athletic da vida a sus contrarios. Andaba el Villarreal apesadumbrado, con aire melancólico por la falta de claridad en su fútbol y los malos resultados en el arranque liguero. El conjunto de Pellegrini no encontraba ni la fluidez en el ataque ni la sobriedad defensiva que le encumbró en el ejercicio pasado. Riquelme denunciaba una falta de humildad en los jugadores, que el equipo estaba practicando un fútbol insustancial, que los resultados eran el reflejo de lo que proponían en el campo.

Y en esto llegó el Athletic para revivir al Villarreal. La expulsión de Casas al filo del descanso y el posterior gol de Riquelme tiraron por tierra las buenas intenciones mostradas por el conjunto vasco en los 44 minutos anteriores. Al suicidio contribuyó su entrenador con una respuesta extremadamente conservadora. Y eso que el Athlelic dispuso de inicio un planteamiento atrevido, avanzó las líneas para ahogar el centro del campo del Villarreal y dificultar la conexión entre Riquelme y Forlán, la pareja que tantos beneficios produjo en la temporada pasada y que en la presente no acaba de encontrarse. Riquelme condiciona el juego del Villarreal, para lo bueno y para lo malo. Todos las miradas están pendientes de él. La de los contrarios, que vigilan de cerca todos sus movimientos, y la de sus propios compañeros, que le buscan insistentemente para que arme el ataque, desechando por ello, en ocasiones, otras vías de juego.

VILLARREAL 3 - ATHLETIC 1

Villarreal: Viera; Javi Venta, Gonzalo Rodríguez, Peña (Arzo, m. 20), Arruabarrena; Riquelme, Senna, Josico (Cazorla, m. 46), Sorín (Roger, m. 79); José Mari y Forlán.

Athletic: Aranzubia; Iraola, Lacruz, (Tarantino, m. 66) Luis Prieto, Casas; Orbaiz, Ibon; Etxeberria, Gurpegi, Yeste (Expósito, m. 46); y Llorente (Murillo, m. 55).

Goles: 0-1. M. 19. Etxeberria engancha un disparo desde el vértice del área. 1-1. M. 45. Riquelme, de falta directa. 2-1. M. 60. José Mari, de cabeza a pase de Sorín. 3-1. M. 77. Senna marca de disparo lejano.

Árbitro: González Vázquez. Expulsó a Casas en el minuto 44. Amonestó a Riquelme, Peña, Arzo, Llorente y Forlán.

Unos 17.000 espectadores en El Madrigal.

Consciente de las dificultades de identidad que está atravesando el grupo de Pellegrini en el arranque de Liga, el conjunto vasco no tuvo reparos en intentar llevar el control del juego, en procurar que las acciones transcurrieran en campo ajeno. Lo dispuso desde la alineación con una línea de tres centrocampistas por detrás del único punta, Llorente, que ejercía de referencia y de pivote. Una dejada suya de cabeza permitió a Etxeberria enganchar un disparo desde el vértice del área que se coló irremediablemente en la portería de Viera. Apenas se había rebasado el cuarto de hora de partido y el gol del Athletic ponía en evidencia la falta de frescura en el juego del Villarreal y premiaba la actitud del equipo de Mendilibar.

Pasan los años, crece el club castellonense, pasan entrenadores y lo único que no cambia es el lateral izquierdo. Arruabarrena tiene el puesto vitalicio desde hace cinco temporadas y actúa estando bien, mal, o cojo, sin nadie que le dé descanso. Y siempre se encuentra con algún extremo feliz que saca a relucir sus carencias. En el día de ayer fue Etxeberria el que hizo sudar al defensor argentino. Por ahí llevó el peligro el Athletic en el primer acto y, como viene siendo habitual, por la defensa, o por su mala actitud defensiva acaba dejándose en el camino todas sus intenciones.

Con la ventaja vasca en el marcador aparecieron todos los defectos del Villarreal, resumidos en la falta de precisión en el pase y los cada vez más habituales desajustes defensivos. Sin embargo, por unas circunstancias o por otras, el Athletic acostumbra a dar oportunidades a sus rivales. La concedió esta vez, en una desafortunada acción de Casas, que derribó a José Mari siendo el último defensor. Fue expulsado y el posterior lanzamiento de falta supuso el empate de Riquelme.

Ya nada volvió a ser igual y el partido se volvió de color amarillo. A los bilbaínos les entró el pánico, el mismo que le transmitió a sus jugadores Mendilibar desde el banquillo al retirar a Yeste y Llorente del terreno de juego. Llegó el gol de José Mari en la tercera oportunidad clara que tuvo. Y el Athletic se quedó acomplejado y sin respuesta, con el único objetivo de no verse humillado. No lo consiguió. Se quedó sin aliento y a expensas del Villarreal, que sumó su primera victoria como local en la Liga. El Athletic le sirvió de vitamina.

Orbaiz y Cazorla pelean por un balón.
Orbaiz y Cazorla pelean por un balón.

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