Negocio con señas de identidad

En una provincia con más de 300 yacimientos catalogados de la época íbera parecía extraño que no hubiera emergido ninguna iniciativa empresarial que buscase un nicho de mercado en la que es una de las principales señas de identidad de Jaén: su cultura íbera. Este vacío ya ha sido ocupado por tres jóvenes empresarios -Manuel Gordo, Juan Antonio Mallenco y Pedro Cruz- que han desarrollado la marca Indígenas Íberos, una selección de más de 300 productos diseñados y confeccionados por artesanos y artistas de la provincia.

Sin embargo, nada tiene que ver la filosofía de esta firma jiennense con las estructuras tradicionales de las empresas. "No vendemos cacharritos; para nosotros la cultura no es un negocio en sí, sino una oportunidad de desarrollo económico", explica Mallenco, responsable comercial y uno de los impulsores de la empresa ADAS (Advantage Asistencia y Soluciones), a partir de la cual se ha creado la marca Indígenas Íberos.

Los tres socios que han fraguado este proyecto empresarial se unieron hace tres años como consultores de empresa. Cada uno venía de un campo diferente, la educación, las artes gráficas y las relaciones públicas. Pronto advirtieron con sorpresa cómo la cultura íbera era más conocida fuera que dentro de Jaén, y su espacio en los libros de texto de los escolares andaluces es casi residual. Y fue ahí donde surgió la idea de crear Indígenas Íberos, que nace con el compromiso con la recuperación y difusión del patrimonio arqueológico de Jaén.

"Nuestro objetivo es fomentar nuestras señas de identidad; al igual que se asocia Granada a la cultura árabe y nazarí o Córdoba con los califatos, nuestro deseo es que Jaén se asimile a la cultura íbera", señala Mallenco. De alguna manera, estos empresarios jiennenses se asimilan a un banco de ideas: "Estudiamos las ideas que se nos hacen llegar y apoyamos las mismas complementando los criterios económicos con otros que consideramos necesarios para el desarrollo de dichos proyectos, como el valor cultural, social o filantrópico", dice Gordo, gerente de la sociedad.

Indígenas Íberos dirige sus productos, fundamentalmente, a centros educativos, hosteleros (fomentando la llamada despensa íbera), colectivos sociales y entidades públicas y privadas. "Difícilmente se puede conservar y querer algo que se desconoce", apunta Manuel Gordo.

De esta manera, los productos van desde una amplia gama de reproducciones arqueológicas, desarrolladas por alfareros autóctonos que han investigado acerca de las técnicas de cocción, pintado y búsqueda de la arcilla originaria de la cerámica del Alto Guadalquivir; orfebrería trabajada con la ancestral técnica de la cera perdida y utilizando plata y oro de alta calidad; láminas de arte íbero confeccionadas por los pintores de la Asociación de Artistas y Artesanos de Sierra Mágina y que están inspiradas en los dibujos de las vasijas íberas; 25 tipos diferentes de camisetas con la cabeza de las diosas naturaleza o brota; gastronomía íbera con el aceite de oliva como argumento central, pero también con mermelada de breva, pan de higo, dátiles o paté de aceitunas negras; o la caja didáctica, que contiene elementos del ajuar funerario y de la vida cotidiana de las familias íberas (fusayolas, pesas de telar, urnas y recipientes para almacenar grano y alimentos...) y que ha sido diseñada especialmente pensando en hacer más amenas a los estudiantes las materias de historia y conocimiento del medio.

Otra de las particularidades de esta empresa es que cada uno de los productos lleva incorporado una rigurosa y precisa descripción histórica. Y es que los pueblos íberos han sido los grandes desconocidos de la historia. "Eran tribus de indígenas con algunos rasgos culturales comunes, un sistema político y social muy desarrollado, un alfabeto y una lengua aún por desarrollar y un culto a los dioses digno de grandes culturas, al igual que su arte", se expone en el catálogo de la firma Indígenas Íberos.

La empresa agradece la colaboración del Centro Andaluz de Arqueología Ibérica, la Asociación Amigos de los Íberos, la Asociación Amigos de los Castillos, la Diputación de Jaén, las consejerías de Educación y Cultura de la Junta y los numerosos artesanos.

De forma paralela a la promoción de los productos arqueológicos, la firma acomete también la gestión de eventos, afrontando desde el inicio, su diseño, la celebración y su posterior evaluación. La sede social de la empresa se encuentra en la calle Virgen de la Cabeza, a escasos metros de donde va a empezar a construirse el Museo Internacional de Arte Íbero sobre los terrenos que ahora ocupa la vieja cárcel de Jaén.