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Reportaje:

Compras a crédito y con capital riesgo

La estrechez del mercado ha disparado el precio de compañías de mediana capitalización

No todo son OPA como la de Gas Natural o la compra de la francesa Gecina por la española Metrovacesa. Hay otras muchas operaciones menos espectaculares, pero de gran dimensión económica. Aldeasa, Cortefiel, Amadeus, Auna, Panrico, los supermercados de Ahold en España, Recoletos, Occidental Hoteles, Williams & Humbert... Buena parte de los cien mil millones de euros que se han movido en los tres primeros trimestres de 2005 en España en torno a la propiedad, el control o el desarrollo de onerosos proyectos, en principales empresas españolas, ha corrido a cargo de fondos de inversión y de capital riesgo mayoritariamente extranjeros.

Compañías de primera línea, grandes y medianas, han cambiado de dueño o de socio de control en los últimos meses en operaciones lideradas por fondos extranjeros de private equity

Un tercio del dinero invertido en capital riesgo en España ha ido a parar a operaciones de adquisición de empresas por sus directivos

[fondos dedicados a comprar empresas] y de capital riesgo [toman participaciones acotadas en el tiempo y en la finalidad en el capital de empresas que no están en Bolsa o van a dejar de cotizar]. El apalancamiento de las operaciones, con créditos baratos y generosos de la banca, y el flujo de dinero que está entrando en estos fondos, junto a la creciente escasez de buenas compañías en las que invertir, ha colocado al mercado español y a muchas de sus empresas en el punto de mira.

Algún analista empieza a alertar, incluso, sobre una posible burbuja especulativa en el capital riesgo que puede estallar en cuanto suban los tipos de interés, bajen los precios inmobiliarios o se desacelere la economía española.

Venta a los ejecutivos

Otros expertos, como Jorge Riopérez, socio de KPMG Corporate Finance, insisten sin embargo en el papel dinamizador del capital riesgo y del private equity en el tejido empresarial y niega la mayor. Las operaciones de fusiones y adquisiciones están mejor estudiadas hoy que hace unos años, señala, y aunque pueda parecer a simple vista que se paga más de lo que vale una empresa o que se presta dinero con escasas garantías de cobro, no es verdad. Son operaciones mucho más aquilatadas en general que hace unos años.

Una tercera parte del dinero invertido en capital riesgo en España ha ido a parar a operaciones de Management Buy Out (MBO), adquisición de las empresas por sus equipos directivos, y éste es uno de los aspectos más valiosos de este tipo de financiación, según señalan expertos en operaciones corporativas.

Es el caso de León Benelbas, presidente de Atlas Capital, que ha escrito recientemente en este mismo suplemento que "la conversión de ejecutivos en empresarios que asumen riesgo es la mayor palanca de crecimiento de una economía, y esto sólo es posible con un capital riesgo desarrollado que respalde financieramente los primeros años del proyecto".

En el primer semestre de este año, las operaciones de Management Buy Out han experimentado un aumento espectacular, alcanzando un 50% del total, frente al 34,2% registrado en igual periodo de 2004.

El capital riesgo, por otra parte, ha ofrecido una vía de salida a accionistas de empresas familiares en los frecuentes conflictos que suelen producirse a la altura de la segunda o tercera generación entre los herederos propietarios o con accionistas ajenos. Esther Koplowitz, por ejemplo, dio entrada hace ahora un año a Ibersuizas en la sociedad B-1998, una instrumental con la que controla la mayoría del grupo de construcción y servicios Fomento de Construcciones y Contratas (FCC), tras adquirir a la francesa Veolia sus acciones en la misma.

Otro fenómeno relativamente infrecuente, la venta de una empresa participada por una firma de capital riesgo a otra compañía del mismo sector, comienza a ganar adeptos en España. Se denominan secondary buy out, y en 2004 sólo hubo dos transacciones significativas, pero este año ya se han cerrado nueve transacciones de este tipo. Cumplidos los objetivos de permanencia y extraída la rentabilidad prevista a las inversiones, las participaciones se ceden a otra sociedad de capital riesgo y se rotan los valores en cartera.

Este año se han producido traspasos de compañías entre sociedades de capital riesgo de un tamaño considerable.

Baste recordar los casos de Occidental Hoteles, cedida por Mercapital a Carlyle por mil millones de euros, incluido el endeudamiento; Panrico, cedido a Apax por 880 millones de euros, con deuda incluida, o el fabricante de envases Mivisa, vendido por Suala Capital y PAI Partners a CVC por 500 millones de euros.

Valores medianos

La estrechez del mercado de small caps, valores de pequeña capitalización en la Bolsa española, unida a las dificultades de los grandes fondos internacionales de private equity y capital riesgo para encontrar nuevas compañías en las que invertir el mucho dinero que les llega, ha disparado el precio de las cotizadas españolas. Algunas compañías acumulan revalorizaciones impresionantes en lo que va de año sin el necesario correlato en la progresión de sus ventas y de sus beneficios.

La situación saneada de buena parte de estas empresas, con escaso endeudamiento, fuerte capacidad de hacer caja y reducido y disperso accionariado en el mercado de renta variable, hace que se estén disparando los precios hasta desalentar a los fondos españoles, que no cuentan con recursos o arrojo para competir con los foráneos, al calor de OPA reales o supuestas.

La paradoja es que falta capital riesgo para financiar proyectos de entre 1 y 10 millones de euros en España, que son los más necesitados de apoyo, y sobra dinero y escasean las empresas donde invertir cientos y miles de millones, ha advertido en repetidas ocasiones Sébastien Chartier, consejero delegado de Capital & Corporate.

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