Talgo aplaza sin fecha el estreno de sus AVE a 250 kilómetros por hora
Renfe estudia penalizar al fabricante, cuyo compromiso era aumentar la velocidad este mes
Nuevo retraso en la línea de alta velocidad (AVE) que une Madrid y Lleida. Los trenes de Talgo-Bombardier que circulan por esa vía no podrán elevar su velocidad comercial de 200 a 250 kilómetros por hora a finales de este mes como estaba previsto. Las compañías reconocieron ayer el aplazamiento sin fecha de la puesta en marcha de esa velocidad, que reduciría en unos 20 minutos el tiempo de recorrido. El retraso en el suministro y montaje de unos equipos son las causas, según las empresas, que liberan a Renfe de cualquier culpa. La compañía pública estudiará penalizaciones.
El AVE Madrid-Barcelona nació como el proyecto estrella del Gobierno del PP y, en particular, del entonces ministro de Fomento, Francisco Álvarez Cascos. Acabó convirtiéndose, tras numerosos retrasos, en una de sus peores pesadillas. Este servicio, que se estrenó hasta Lleida en octubre de 2003 con nueve meses de retraso y a una velocidad punta de 200 kilómetros en lugar de los 350 prometidos en su día, se enfrenta a un nuevo retraso. La actual ministra de Fomento, Magdalena Álvarez, dijo en febrero que los trenes alcanzarían los 250 kilómetros a final de septiembre, pero tampoco será así. Ayer, un día antes de que acabara el mes, las empresas comunicaron que eran incapaces de cumplir.
Los trenes de Talgo y Bombardier no podrán elevar su velocidad este mes, como estaba previsto, de 200 a 250 kilómetros, un avance que permitiría ahorrar unos 20 minutos a un recorrido de entre 2,45 y 2,50 horas. Se trata de 16 trenes S 102 -popularmente conocidos como Patos por la forma de su cabeza tractora- que Renfe compró a Talgo-Siemes para esa línea, donde llevan prestando servicio desde finales de febrero de este año, casi un año y medio después de que se inaugurara este corredor, a 200 kilómetros por hora.
La razón del aplazamiento está en el "retraso en el suministro y montaje" en los trenes S 102 de un equipo de señalización y seguridad relacionado con un nuevo sistema europeo, el ERTMS, que permitiría empezar a circular a 250 kilómetros y, de forma paulatina, aumentar la velocidad hasta 330 kilómetros. Así los reconocieron ayer los dos fabricantes en un comunicado, en el que dejaban claro en la primera línea que asumen este problema.
"El consorcio está realizando todos los esfuerzos necesarios para asegurar que el proceso en marcha cumpla el objetivo de conseguir que el servicio comercial a 250 kilómetros por hora pueda iniciarse en fechas próximas", afirmaron en la nota de prensa. También explicaron que las instalaciones de seguridad y señalización ERTMS que hay que colocar en el tren son "sistemas muy complejos, de última generación y con componentes suministrados por varios proveedores externos". Uno de ellos es Siemens. Un portavoz de la empresa alemana aseguró ayer que entregaron los equipos hace meses y funcionaban perfectamente.
Fuentes de Renfe, que compró 16 trenes S 102 a Talgo-Bombardier para cubrir la línea Madrid-Barcelona, indicaron que el contrato con el consorcio fabricante es llave en mano y, por tanto, esto le libera de cualquier responsabilidad en ese retraso. La compañía pública estudiará el contrato para analizar si impone penalizaciones a sus proveedores.
Renfe ya ha tenido que multar a Siemens, a quien compró otros 16 trenes para la misma línea de alta velocidad, con más de 21 millones de euros por el retraso en la entrega de sus trenes. El primero debería de haber sido entregado en octubre de 2003. Al final, la empresa alemana se ha comprometido a entregar las primeras cinco unidades antes de finales de este año.
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