El choque de trenes en Palencia se debió a un exceso de velocidad

Un total de 41 personas resultaron heridas por la colisión de dos trenes que iban a acoplarse en la estación de Palencia a las 23.05 del domingo. Fuentes de Renfe explicaron que la causa del accidente fue un exceso de velocidad en la maniobra para ensamblar los dos trenes, que procedían de Gijón y Salamanca y debían unirse en un solo convoy con destino a Barcelona. Todos los heridos fueron dados de alta durante el día de ayer.

La colisión se produjo por "una velocidad inadecuada" del tren que llegaba de Gijón cuando iba a acoplarse al que procedía de Salamanca, que estaba parado en el andén de la estación de Palencia. Fuentes de Renfe explicaron que durante la maniobra de ensamblaje de los dos trenes nocturnos Estrella se produjo un topetazo bastante brusco, lo que provocó que buena parte del pasaje -alrededor de 200 personas- sufriera caídas, golpes y cortes.

La mayoría de los que requirieron asistencia médica sufrieron esguinces en los tobillos y las muñecas, cortes en la cabeza y varios golpes tras caer de las literas que ocupaban. Casi todos fueron atendidos en el andén y la sala de espera de la estación por personal del Servicio 112 y el Servicio de Salud de Castilla y León. Cinco personas tuvieron que ser trasladadas al hospital Río Carrión de Palencia y recibieron el alta médica al cabo de unas horas. Los dos pasajeros más perjudicados por el incidente fueron una mujer y su hija, que recibieron varios puntos de sutura en la frente por cortes.

En la estación barcelonesa de Sants, la mayoría de familiares de los 324 pasajeros del tren esperaban con tranquilidad, puesto que ninguno había sufrido heridas graves. Un grupo de 26 personas con contusiones ya había llegado en autobús a las 10.30, y otros 12 pasajeros se trasladaron a Barcelona a lo largo del día en autobuses, trenes y taxis.

Sin embargo, a mediodía, Sílvia Saiz todavía no sabía nada de Fonsy, un amigo dominicano que había participado en un congreso de ONG en León y que viajaba a Barcelona para apadrinar su boda. "Llevo esperando desde las 9.00 [hora en la que debía llegar el tren] y no sé nada de él. No tiene móvil y nadie me puede informar de si está hospitalizado o ha llegado con otro medio de transporte", se lamentó.

A las 12.15, más de tres horas después de lo previsto, llegaba el tren. Los pasajeros bajaban con un notorio enfado. Unos, por los inconvenientes que les suponía el retraso. "Venía a Barcelona para embarcarme en un crucero al que no sé si llegaré. Falta media hora para que salga", se quejó Núria. Y otros, porque empezaban a sufrir entonces las consecuencias del golpe. "Me duelen mucho las cervicales. No me han atendido porque el tren se iba y no me podía quedar en Palencia porque tenía todas las cosas dentro, pero enseguida me voy a urgencias", explicó Mari Carmen Palacios.

A Sílvia le costó encontrar a Fonsy entre el gentío, pero cuando lo vio respiró y se lanzó a sus brazos. De inmediato, y junto a otras decenas de pasajeros, se dirigieron a la oficina de reclamaciones de Renfe.