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Reportaje:

A medias entre directivos

Los responsables de Marie Claire asumen el control de la empresa castellonense

Los directivos de Marie Claire acaban de asumir el control accionarial de esta textil castellonense especializada en medias. Nueva etapa que se abre para un equipo con recorrido en la empresa y que, a partir de ahora, trabajará para desarrollar un plan a tres años que pretende, entre otros aspectos, potenciar su línea de baño y lencería o empezar a vender en nuevos mercados, como China.

La nueva cúpula directiva anunciará que invertirá en automatizar la producción, y en potenciar las líneas de moda de baño y lencería
Los tres ejecutivos dicen estar dispuestos a que se incorporen "otros miembros de la dirección" e incluso empleados

Marie Claire acaba de pasar otra página de una trayectoria que ha tenido diversos puntos de inflexión desde que, a principios de los noventa, fuera comprada por el grupo británico Harstone. La mayoría accionarial de la empresa castellonense acaba de cambiar de manos, con la vista puesta en una vuelta a la paz interna tras años de pulso entre propietarios. Un grupo de directivos, encabezados por los tres directores generales de la firma (Alberto Planell, Silvestre González y Vicente Tejedo) ha comprado el 67% de Marie Claire a la sociedad vasca Noraction, que, a principios de agosto, había adquirido esta participación a las sociedades de capital riesgo Dinamia, Espiga y Bridgepoint. Los tres ejecutivos son las caras visibles de un proceso que consideran "abierto", ya que dicen estar dispuestos a que se incorporen "otros miembros de la dirección" e incluso empleados.

Marie Claire fue fundada por la familia Aznar en 1907. La empresa cuenta con dos centros de producción, el mayor de ellos ubicado en Villafranca, una localidad del interior de Castellón, y de la que salen principalmente los productos más característicos de la firma, como son las medias y los calcetines. El segundo centro de producción, ubicado en Castellón, está dedicado a la confección. En conjunto, alrededor de 1.100 personas están empleadas en esta firma textil, que, por sus características productivas, sufre algo menos que el resto del sector, abrumado por la competencia de países asiáticos, principalmente de China. "Las medias y calcetines no son tan vulnerables a la competencia china", explica una fuente del sector. Por ello, y a pesar de que la firma ha visto caer sus cifras de facturación (el año pasado sus ventas bajaron casi un 10%, hasta los 80 millones de euros, y la previsión es mantener en 2005 la misma cifra), hasta la fecha ha cerrado el ejercicio con beneficios. El producto estrella de la empresa siguen siendo las medias, aunque de sus instalaciones salen hace tiempo también calcetines, ropa interior, pijamas y ropa de baño.

Los nuevos propietarios de Marie Claire pretenden ahora desarrollar un proyecto estratégico que, en principio, tendrá una duración de tres años, aunque, explican, se irá actualizando y revisando a lo largo de su vigencia. La nueva cúpula de la empresa, por el momento, defiende la intención de dar prioridad a la inversión en robotizar y automatizar producción, especialmente la de medias y calcetines. También ha decido potenciar las líneas de moda de baño y lencería, que son las que permiten "mayores márgenes comerciales".

Los nuevos accionistas, por otro lado, defienden que la textil tiene nombre y una buena red de distribución. También capacidad de respuesta en el suministro. La firma inauguró a finales del año pasado un almacén logístico en Castellón, en el que invirtió 13,5 millones de euros.

Marie Claire exporta en la actualidad el 20% de su producción y quiere insistir en los mercados exteriores. Esta línea de trabajo incluye abordar también el mercado de China. En el apartado comercial, el plan estratégico no descarta la posibilidad de abrir tiendas propias de venta al público, aunque esta opción se guardaría para los nuevos mercados.

La nueva etapa, en cualquier caso, parece cerrar un periodo de desencuentro accionarial. El origen del pulso está en 1998, cuando Dinamia, Bridgepoint y Espiga concretaron la compra de Marie Claire a los británicos Harstone. En la operación entró de nuevo la familia Aznar, que de esta forma volvía a vincularse con la empresa que fundó hace casi un centenar de años. El acuerdo inicial entre los nuevos accionistas dio paso con el tiempo al distanciamiento. La situación se hizo evidente cuando, a principios del año pasado, se produjo la destitución de tres de los ejecutivos de la Marie Claire. Los accionistas mayoritarios hablaron entonces de un intento por parte de estos ejecutivos de obstaculizar el trabajo de Joan Jobert, que dejó la empresa este mismo año. Durante toda esta última etapa de desencuentros no faltaron tampoco rumores sobre la venta de la empresa o sobre una posible deslocalización productiva que intranquilizaron a la plantilla.

A principios de agosto, Dinamia comunicó a la CNMV (Comisión Nacional del Mercado de Valores) la venta de su 25,06% a Sorfinsa, una sociedad del grupo Noraction especializada en la gestión de empresas. La firma de capital riesgo comunicó también que la operación le ha generado unas minusvalías de 5,2 millones de euros. Junto a esta participación, Noraction compró también las acciones de las otras dos sociedades de capital riesgo en una operación que sirvió de puente. El cambio llevó a la colaboración con los directivos de Marie Claire en busca de una operación doble: por un lado, se logró el apoyo para refinanciar una deuda de tres millones de euros con la banca acreedora y, por otro, un segundo préstamo por la misma cantidad.

Reclamo publicitario de la veterana marca de medias en los accesos a Castellón.
Reclamo publicitario de la veterana marca de medias en los accesos a Castellón.ÁNGEL SÁNCHEZ

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