España se asoma al abismo
Nadal y López pierden el punto de dobles y el equipo está obligado hoy a ganar los individuales
La pista rugió, el público gritó enloquecido "¡Italia, Italia!" y sobre la pista empezaron a caer los pequeños ramos de rosas amarillas que los floristas de la Campania repartían por el club. Danielle Bracciali y Giorgio Galimberti, que acababa de ganar el último punto del partido con una volea, se abrazaron unos segundos para festejar un resultado histórico: 4-6, 6-4, 6-2, 4-6 y 9-7. Rafael Nadal y Feliciano López, mientras, desfilaron cabizbajos. Fueron cuatro horas y 37 minutos de un partido eterno que sirvió para que Italia domine por 2-1 una eliminatoria que daba por pérdida antes de empezar y para que España se asome al abismo del descenso de categoría.
El equipo español necesita ganar hoy los dos partidos individuales para seguir entre las 16 selecciones del Grupo Mundial [en las semifinales, Eslovaquia y Croacia dominan a Argentina y Rusia, por 2-1 respectivamente]. La sombra del fiasco de México corrió ayer por Nápoles: la llamada armada española descendió en aquel país por última vez en 1995 con Sergi Bruguera, Alex Corretja, Emilio Sánchez Vicario y Sergio Casal.
De eso hace ya 10 años. Nadal era entonces un niño de nueve. Ayer, ya sin su cinta en el pelo, apareció tras las derrota en la sala de prensa y se colocó simbólicamente en el centro, acompañado de López y el capitán Jordi Arrese. Esos gestos delatan: está claro quién es el líder. El manacorí, hace solo nueve meses, fue clave para alzar la Ensaladera y hoy saltará a la pista para que el equipo no descienda. "No tengo nada que reprocharme salvo el bajón inicial en el tercero set. Creo que hemos jugado un buen doble. No estamos disgustados", explicó, para después asegurar que hoy no acusará el cansancio. Por su parte, López, al igual que hizo el día anterior Juan Carlos Ferrero, fue bastante magnánimo consigo mismo: "Ha sido un partido muy completo, aunque es verdad que hemos tenido dos bajones. En el quinto nos hemos puesto 15-40 y dos bolas, y en situaciones así deciden los partidos". Sincero, negó estar lesionado: dijo que se puso hielo en la espalda por unas molestias que arrastraba desde hacía tiempo. "Nada grave", admitió Feliciano, que debutaba con Nadal como pareja de dobles en la Copa Davis, aunque ambos ya han disputado algún torneo y alcanzado la final en el Godó.
"El primer día pensábamos que íbamos a estar 2-0 y no tenemos que cambiar de criterio con los individuales de mañana [por hoy] pese a ir 1-2. Estaba claro que en el punto de dobles podía pasar lo que ha pasado, porque su pareja es más experta y ha ganado torneos. Pero creo que somos mejores que Italia y tenemos equipo para remontar", expuso, confiado, Arrese. Nadal, mientras, apoyaba su cara sobre las dos manos. Nadie duda que él jugará el primer punto del día ante Andreas Seppi, el número uno italiano. Y que lo ganará. Pero sí hay dudas de quién disputará el quinto encuentro definitivo: si otra vez Ferrero, designado oficialmente pero que ofrece ahora pocas garantías de éxito, o bien el alicantino David Ferrer, 13º del mundo que ha cuajado un gran año y que debutaría en la Copa Davis. Tras los cristales de una sala del club, se vio ayer a los capitanes Arrese y Juan Avendaño llamar al jugador y a su entrenador. Tiene números para jugar: carácter le sobra y no parece que le pueda arredrar la responsabilidad.
Ferrero invitó el viernes a Italia a entrar en la eliminatoria y el público lo agradeció porque ayer estuvo mucho más entregado. Cantó canciones napolitanas y creyó en el milagro. "Un punto que vale por dos. Ragazzi hacednos soñar", se leía en una pancarta. Y, en otra, esto: "Brazos de hierro". No los tuvieron ni Bracciali (92 del mundo) ni Galimberti (78) pero contaron con lo que nunca le falta a Italia: su alma competitiva, la pelea incansable, el no darse nunca por vencida. En eso no ganaron a Nadal, que aguantó él solo el partido, con su garra y golpes magistrales, porque López ayudó poco: blando, sin fuerza, estático y sin apenas cruzarse en la red. Sacó bien pero perdió su servicio en los juegos que dieron a Italia el segundo y tercer set. La eterna quinta manga fue a cara o cruz e Italia se la llevó. Nadal, acusado por Galimberti de "rompernos las pelotas" por sus gestos de rabia cuando ganaba puntos, anunció que hoy, en una jornada vital para España, no piensa cambiar: "Yo hago eso para levantar el ánimo de los míos y lo he conseguido. Para que tengan fe en la victoria".
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.