Balboa, el inesperado extremo de Luxemburgo
De Vanderlei Luxemburgo se pueden esperar muchas cosas pero no que convoque a un extremo. Después de renegar de estos especialistas por considerarlos caducos, después de afirmar que no tenía dudas sobre nada y menos sobre el uso de las bandas, después de prescindir de Figo y Solari, el entrenador brasileño había dejado pocos resquicios para los jugadores de banda. Uno de estos orillados era Javier Ángel Balboa, un joven de 20 años, de físico flexible y poderoso, que desde los 15 oficia de extremo en las categorías inferiores del Madrid. Pues bien: ayer Luxemburgo convocó a Balboa para recibir hoy al Athletic.
La decisión tomó por sorpresa a ciertos técnicos del club. Esperaban que Luxemburgo acudiese al Castilla para llamar a Soldado, a De la Red, o a cualquier otro. Menos a Balboa, que es un extremo puro. Un jugador que lleva años pegado a la raya con la principal misión de encarar a su oponente, desbordar y meter el centro.
Hijo de guineanos y procedente de Alcalá de Henares, Balboa es el sucesor de Juanfran Torres y Valdo en la banda derecha del filial. Tras el traspaso de Torres al Espanyol, el extremo vive metido en pleno proceso de adaptación a Segunda.
Dio el salto al Castilla sin pasar por la Segunda B y los técnicos del Madrid todavía le observan algo inseguro, intermitente. Un jugador por pulir que desde su partido ante el Hércules, en la segunda jornada de la Liga, ha llamado la atención de los aficionados por la elegancia y la velocidad con que ataca los espacios, el desparpajo de su regate, el gusto por encarar oponentes y la eficacia de sus centros.
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