Unos comicios de candidatos sin partido

Las complejas papeletas de voto a las que ayer se enfrentaron los afganos (hasta 390 candidatos en la lista al Parlamento por Kabul) son fruto de la alergia de Hamid Karzai hacia los partidos políticos. El presidente afgano nunca ha querido formar uno y eligió el infrecuente sistema electoral del "voto único no transferible". Esa fórmula impide que los candidatos se presenten bajo la bandera de un partido y hace el resultado de la elección impredecible.

El International Crisis Group, una ONG que analiza los países en conflicto, ha calificado de "lotería" el escrutinio afgano de ayer. El sistema, por el que cada elector elige un solo candidato en su circunscripción, hace que algunos necesiten miles de votos para resultar elegidos, mientras que los que ocupen los últimos puestos puedan lograrlo con apenas unas decenas. Será el caso de las mujeres, para las que se reservaron un 25% de los escaños tanto en la Asamblea Nacional (68 de 249) como en los Consejos Provinciales (en torno a un centenar en las 34 provincias).

El motivo de Karzai para rechazar la concurrencia directa de los partidos políticos enraiza en la desconfianza de muchos afganos hacia ellos. Durante su historia reciente, los partidos fueron agrupaciones político-militares distintas de los occidentales. A esos grupos, algunos de ellos más milicias que partidos y dirigidos por señores de la guerra, atribuyen parte de sus males. Ayer, durante las votaciones, la mayoría de los entrevistados decían hacerlo "por la unidad" de su país y en contra de las facciones.

Falta de ideología

Muchos observadores temen que la decisión produzca el efecto contrario. Por un lado, se impide la formación de grupos con nuevas ideas, aunque ya existen 80 registrados. Por otro, a falta de una ideología a la que adherirse, los votantes sólo tienen la opción de la religión y las etnias. "La mayoría va a elegir en función de personalidades, al candidato de su tribu o de su etnia", sospecha un diplomático occidental.

Pero además, los partidos tradicionales, como los comunistas o los diversos grupos muyahidin, apoyaron a sus candidatos a pesar de que no hayan podido utilizar sus símbolos o tenido que presentar como independientes. El National Democratic Institute, una ONG que facilita educación electoral, estima que esos partidos apoyan a un 40% de los candidatos.

Así las cosas, resulta difícil prever con qué tipo de Parlamento va a salir de las urnas. Existe un consenso generalizado en que la representación se establecerá según líneas étnicas y tribales. Aún así, los observadores especulan con la existencia de tres bloques: uno progubernamental (de grupos e independientes aliados a Karzai); otro, de oposición en torno a Yunes Qanuni (uno de los principales rivales políticos del presidente que ha formado una coalición de 14 partidos que presentan a 500 candidatos en todo el país), y un tercero, de independientes diversos, entre los que puede haber desde comunistas hasta liberales.