Las patadas asaltan el Bernabéu
Kirian protagoniza la victoria del Tenerife contra el Madrid Castilla con una agresión a De la Red
Patadas. Duras entradas a ras de suelo. Empujones y agarrones constantes. El Tenerife visitó ayer al Real Madrid Castilla en el Bernabéu (1-2), donde desplegó los valores que hicieron tristemente famosos al Estudiantes de La Plata argentino o al Granada de Montero Castillo y Fernández, dos equipos que hicieron bandera de la dureza y la lucha cuerpo a cuerpo. Kirian, uno de los jugadores del Tenerife, acaparó todo el protagonismo: primero, al borde del descanso, con el árbitro mirando hacia otro lado y sin el balón en disputa, le propinó un rodillazo entre el hombro y la cabeza a De la Red, que a esas alturas ya estaba en el suelo, tras tropezar con el canterano tinerfeñista. El árbitro le amonestó con tarjeta amarilla. Luego, ya cuando el partido expiraba, Kirian observó cómo el madridista Jurado se acomodaba el balón, preparando el último cartucho de su equipo, la última posibilidad de que el Castilla empatase. Y se lanzó contra su tobillo. Entonces fue expulsado, poniendo el colofón a un bronco encuentro en el que Martínez Franco, el árbitro de la contienda, también mostró amarilla a Duque, por el Castilla, y a Bertín, Almirón y Jesús Vázquez, por el Tenerife.
"Buscan excusas porque han perdido. Yo voy a dormir tranquilo", dice el jugador del Tenerife
"Yo iba corriendo, me he girado para ofrecerme al compañero y le he pisado al hacerlo [a Kirian]", cuenta Rubén de la Red por teléfono. "Entonces, cuando el balón estaba al otro lado, me he caído y él me ha dado un rodillazo en el hombro", añade tranquilo. Justo lo contrario que Kirian: "Ellos buscan excusas porque han perdido", argumenta por teléfono, con el sonido de la última llamada para su vuelo a Tenerife retumbando al fondo. "Los jugadores del Madrid intentan escudarse en el juego duro, pero lo cierto es que hay un árbitro que juzga y sanciona, y lo palpable es que nosotros hemos ganado", continúa. "Lo que pasa en el campo se queda en el campo", sentencia el jugador, que protestó al árbitro cuando fue expulsado, en el minuto 92, por su entrada sobre Jurado. "Yo voy a dormir tranquilo. En todos los campos ocurren acciones fuertes y duras, pero ahora se ha puesto de moda el recurrir y el hablar de estas cosas. No habría que darle tanta importancia, porque nunca tuve intención de hacerle daño a nadie y no ha sido para tanto, sino una acción fruto del nervio del partido". Kirian, que ayer jugó como centrocampista, suele actuar como lateral o central y tiene una tarjeta de presentación de impresión: 17 tarjetas amarillas en 29 partidos en Segunda División como jugador del Tenerife.
De la Red, un medio recuperador y físicamente poderoso, uno de los cinco canteranos que hizo la pretemporada con el primer equipo, no supo lo que había pasado hasta el descanso. "No me he enterado de quién me ha dado el golpe hasta que he entrado en el vestuario, cuando me han dicho que había sido él. En teoría no me tenía que haber cruzado con él, porque yo me encargaba del 10. Antes no ha habido ni un roce ni nada". Su problema es el de su equipo. De la Red, como el Castilla, todavía se está acostumbrando al fútbol de Segunda, a la dureza de los defensas y a las artimañas que los contrarios utilizan para aplacar el juego de los canteranos del Madrid, recién ascendidos tras ocho temporadas hundidos en el pozo de la Segunda B. Pero, después de perder tres partidos en cuatro jornadas, los jugadores del Madrid Castilla van aprendiendo a fuerza de golpes. "Los del Tenerife han dado muchos palos, nos han agarrado y el árbitro les ha consentido todo hasta que nos han roto el ritmo", cuenta De la Red, sobre el que giró el juego del Castilla en la primera parte. Todo terminó cuando Kirian se cruzó en el su camino. Entonces el partido se volvió desagradable, lleno de constantes interrupciones, de golpes y caídas, con Almirón acompañando al canterano tinerfeñista en las tareas intimidatorias. "Durante la primera parte hemos hecho nuestro fútbol", explica De la Red. "En una jugada me han desequilibrado con una falta en el área, me han hecho penalti, pero el árbitro no ha visto nada". "Luego ha habido muchas jugadas en las que me han tirado al suelo o me han agarrado", añade.
Si alguien reaccionó airadamente a la agresión de Kirian, ése fue Soldado, el goleador del Madrid, que salió disparado a por el tinerfeñista. "Si me he ido a por el jugador es porque la agresión ha sido muy clara", explicó. Momentos después, también acudió a protestar al árbitro. Y no estuvo sólo. "Los compañeros han reaccionado como una guerrilla", cuenta complacido De la Red, recordando al resto de canteranos madridistas alrededor del árbitro, gritando y protestando. "Estaba a cinco metros de la jugada y ha sido, simplemente, una agresión sin balón, algo totalmente fuera de lugar", se quejó Soldado. "Creo que el árbitro lo ha podido ver", añadió el madridista.
De la Red no fue el único que se quejó de la dureza del Tenerife. "Lo nuestro es la continuidad en el juego, lograr que no se produzcan parones y ellos han logrado todo lo contrario", dijo Balboa, el incisivo extremo derecha del Castilla, que se pasó toda la segunda parte dando saltitos cada vez que tenía la pelota, poniendo siempre las manos por delante, intentando protegerse de posibles entradas. "La agresión a De la Red nos ha perjudicado porque nos han sacado del partido, ha habido más parones y nos han cortado el ritmo", insisitió Balboa en realmadrid.com, el sitio en internet del equipo blanco, que resumió lo sucedido con un seco titular: "1-2: Excesiva recompensa para un Tenerife aliado con la nefasta actuación arbitral".
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