Una utopía convertida en realidad

Juanjo y Óscar se dijeron ayer "el sí quiero" y se convirtieron oficialmente en el segundo matrimonio gay de la Comunidad de Madrid. Fue una ceremonia cargada de simbolismo y fuertes emociones que rompía muchas incompresiones pasadas y recogía el fruto de largos años de lucha del colectivo de gays y lesbianas.

La boda la ofició la portavoz de Izquierda Unida en el Ayuntamiento de Madrid, Inés Sabanés. Y se celebró, con asistencia del coordinador general de IU, Gaspar Llamazares, en la Junta Municipal del Distrito de Centro. Y es que uno de los esposos, Óscar García León, impecablemente ataviado con traje de chaqué y camisa y corbata granate, es el responsable de Comunicación del área de Gays y Lesbianas de IU. Al darse oficialmente el sí, Óscar, de 34 años, y Juanjo, de 39, sellaban la relación que mantenían desde hace 11 años.

Uno de los esposos es responsable de Comunicación de Gays y Lesbianas de IU

Los novios, con los nervios a flor de piel, llegaron a la Plaza Mayor, donde se ubica la Junta de Centro, poco antes de las siete de la tarde. Iban acompañados de las madrinas de la ceremonia (sus respectivas madres). Allí les esperaban Llamazares y Sabanés, entre otros miembros de IU. Aunque se dejaron retratar por los reporteros gráficos a las puerta de la Junta Municipal, la pareja pidió que la ceremonia fuese privada, sin cámaras. "Queremos que sea un acto privado, sólo para amigos y allegados", comentó Óscar. El bullicio era la nota en la Plaza Mayor. A unos turistas ingleses les extrañó ver en la plaza el coche de los novios, adornado con flores. "¿Qué pasa?", preguntó uno en buen castellano. "Una boda gay", les respondió un curioso. "Ohh, qué bien...", respondió uno de los extranjeros.

La ceremonia comenzó a las siete en punto en la primera planta de la junta municipal, con música ambiental de fondo elegida por los contrayentes.

Antes del sí quiero, amigos de la pareja leyeron textos de amor de los poetas Mario Benedetti y Pablo Neruda. "Tus manos son mi caricia, mis acordes cotidianos, (...) Te quiero por tu mirada que mira y siembra futuro...". Entre aplausos, Jesús, un amigo de la pareja, recitó a Neruda: "No te amo como si fueras rosa de sal, topacio o flechas de claveles que propagan el fuego: te amo como se aman ciertas cosas oscuras, secretamente, entre la sombra y el alma".

El momento más ansiado para Juanjo y Óscar, que oficialmente ya son el segundo matrimonio gay de Madrid, llegó pasadas las 19.45, cuando la concejal Sabanés leyó los artículos 66, 67 y 68 del Código Civil que estipulan los derechos y deberes de los contrayentes: "Guardarse fidelidad, socorrerse, vivir juntos, respetarse...". Y luego preguntó a los novios que "si libre y voluntariamente" querían contraer matrimonio. El sí de ambos hombres levantó nuevos aplausos de los asistentes.

Familiares de la pareja encendieron dos velas cuyas llamas, según explicó Sabanés a los asistentes, "alimentarán una sola que simbolice la únión entre Óscar y Juanjo".

"Este puede ser un día cualquiera para la mayoría, pero diferente, y por qué no, histórico, para nuestra gran minoría", indicó Óscar, con los ojos empañados en lágrimas de emoción. "Es un día que para Juanjo y para mí no está exento de contradicciones (...) Un día que culmina un proceso amargo pero a la vez ilusionante, cargado de fuertes dosis de utopía y que, por fin, se ha hecho realidad".

Sonriente, Inés Sabanés cerró la ceremonia con palabras de felicitación. Era la primera vez, dijo, que oficiaba una boda gay como cargo público electo. "Estoy feliz porque el acto supone la materialización de un derecho por el que tanto hemos luchado". Sabanés leyó también un mensaje de Boti García Rodrigo, en representación de la Federación Estatal de Gays y Lesbianas, quien felicitó a la nueva pareja "por sus convicciones de izquierdas en la consecución de un mundo mejor".

Al final del acto, todo eran besos y felicitaciones para el nuevo matrimonio. Y para ellos el comienzo del final de una reivindicación. "Frente a aquellos que han planteado que los matrimonios gays y las adopciones eran una utopia", comentó Llamazares, "actos como estos demuestran que esa utopía también se puede convertir en una realidad".