La batalla contra la doble discriminación

Dice Wassyla Tamzali (Argelia, 1941) que "los estudios demuestran que una mujer tiene siete veces menos oportunidades de ser aceptada en un trabajo en Europa si sus apellidos son árabes". Dice Tamzali -abogada y "librepensadora"- que "las estadísticas hablan de que, en la segunda generación de emigrantes magrebíes en Francia, las chicas se integran mejor que los chicos jóvenes porque la sociedad las acoge mejor al ser menos violentas que ellos". Dice Tamzali, que durante 20 años fue la directora del Programa de Mujeres del Mediterráneo de la UNESCO, que "desde hace 10 años los padres de las chicas magrebíes emigrados en Francia no quieren que sus hijas pierdan sus costumbres y reaccionan enviándolas a su país de origen para casarlas".

"Los españoles no quieren ser comparados con los árabes, con los pobres"

Muchas inmigrantes universitarias aceptan en Europa trabajos "serviles" por la libertad

Wassyla Tamzali es una de las pensadoras feministas de más calado internacional. Ayer estaba en Córdoba. Es la codirectora del encuentro internacional sobre inmigración y mujer Las otras españolas. Los caminos de la ciudadanía, que organiza la Fundación para el Desarrollo de los Pueblos de Andalucía. A su lado, sentada en una de las mesas de un restaurante frente a la Mezquita cordobesa, estaba la ex diputada socialista Carmen Romero, la otra directora del congreso.

El encuentro, que arranca hoy y finaliza el sábado, reúne a más de medio centenar de expertas nacionales e internacionales que analizarán la doble discriminación que sufren las inmigrantes por ser mujeres y por llegar de otros países. Además de los debates y mesas redondas, se ha preparado la exposición Viajeras, cedida por el Instituto Asturiano de la Mujer y que pretende rendir homenaje a las mujeres inmigrantes. "Al contrario de lo que muchos piensan, los que se van de sus países son los más fuertes, son admirables porque tienen el valor de salir para buscarse mejores condiciones de vida", reflexiona Tamzali.

Entre las asistentes al congreso de fuera, están la vicepresidenta y varias diputadas del Parlamento de Marruecos, la psiquiatra Amina Bargach, la sindicalista Kanza Elgali, la vicedirectora de los centros DARNA de Tánger, la directora del Instituto del Niño y de la Mujer de Argelia... Entre las españolas, figuran Estrella Rodríguez, de la Dirección de Políticas Migratorias del Ministerio de Trabajo; las directoras del Instituto de la Mujer de Andalucía y de Asturias; periodistas; representantes de asociaciones e instituciones de ayuda a los inmigrantes. "Queremos darle una perspectiva más amplia de lo que nosotros entendemos por inmigración", afirma Romero, que reconoce el peso otorgado a las intervenciones de las expertas magrebíes ya que han decidido centrar el encuentro en las inmigrantes porque "tienen más factores de exclusión".

Durante dos días intentarán, según Tamzali, "sensibilizar al sur de España de los problemas de las mujeres inmigrantes". Además, como cuenta Romero, persiguen que de la cumbre nazca un tejido asociativo que preste asistencia a las mujeres emigradas en Andalucía, algo que "prácticamente no existe".

Esa red de ayuda ya está tejida en Francia, país que conoce bien Tamzali. Incluso, "las inmigrantes magrebíes han creado redes de solidaridad apoyando a las mujeres en sus países de origen". Pero esta feminista reconoce que España y Andalucía todavía están lejos del país galo. Tanto en el porcentaje de inmigrantes como en la forma de acogerlos.

Tamzali sostiene que España padece algo así como el síndrome del "nuevo rico". Aquí no existen unos lazos históricos tan fuertes como los que hay entre el Magreb y Francia. Es más, argumenta Tamzali, el sur no conoce su pasado, "no se conoce la cultura musulmana, incluso se rechaza". "Los españoles no quieren ser comparados con los árabes, con los pobres", comenta. Estos antecedentes harán, según Tamzali, que la integración de los inmigrantes magrebíes sea "más complicada".

Y una de las medidas para intentar que no se llegue a esa situación es "trabajar para que haya las condiciones necesarias para un diálogo con la población árabe". Tamzali considera que este trabajo le corresponde, en gran medida, "a los responsables políticos, a los que toman las decisiones". "Tenemos que reflexionar sobre cómo podemos vivir juntos", sostiene la abogada argelina, "y este es un problema sociopolítico".

Dice Tamzali que "hay que romper con los estereotipos de las mujeres inmigrantes"; que "no se puede decir que todas son iguales"; que emigrar, al contrarío de lo que se cree, "para muchas no es una cuestión de necesidad, sino una opción de vida, una apuesta por una vida diferente". Dice Tamzali que muchas inmigrantes con formación universitaria aceptan vivir de trabajos "serviles" con tal de no renunciar a la "libertad" que han encontrado en Europa. Dice Tamzali que "la emigración, al final, es la manifestación del fracaso de los países de origen".