Camps y Valcárcel movilizan a 30.000 personas por el agua

Los presidentes valenciano y murciano, Francisco Camps y Ramón Luis Valcárcel, ambos del PP, se manifestaron ayer en Alicante para defender el trazado que el Gobierno de José María Aznar dio al trasvase Júcar-Vinalopó y que ahora cuestiona Medio Ambiente. La manifestación, pese a la movilización oficial y el apoyo de los empresarios alicantinos, reunió a unas 30.000 personas, sin colmar las expectativas de los organizadores, que cifraron los asistentes en 150.000.

Los presidentes de Murcia y de la Comunidad Valenciana, Ramón Luis Valcárcel y Francisco Camps, no acudieron ayer, según Efe, a la comida con el Rey como el resto de presidentes autonómicos para poder asistir a la manifestación. Aun así, llegaron tarde, casi al final de la marcha, en la que estuvieron arropados por algunos de los consejeros de sus respectivos Gobiernos. Los manifestantes, que la Policía Local cifró en 100.000 (aunque apenas llenaron una avenida que mide unos 10.000 metros cuadrados) exigieron que se mantenga el actual trazado del trasvase de agua de las cuencas del Júcar al Vinalopó, pero desde la toma de Cortes de Pallás, en la zona alta del río. Sin embargo, el Ministerio de Medio Ambiente considera que existen escasos recursos hídricos en esta zona.

Por eso, el Gobierno apuesta por realizar el trasvase desde la desembocadura, en el Azud de la Marquesa de Cullera. Aquí el agua, según Medio Ambiente, es apta para riego y con mejoras podrá ser prepotable; sin embargo los organizadores de la protesta, la Junta Central de Usuarios del Vinalopó, rechaza esta alternativa por considerar que no es apta para el consumo humano.

La capitalización de esta manifestación por parte del PP ha irritado a los partidos políticos en la oposición, que consideran que Camps no puede "ponerse de parte de unos regantes" y debe ser el presidente "de todos los valencianos".

La polémica sobre el trazado del trasvase ha abierto una brecha social entre los valencianos. Por una parte, los regantes de La Ribera, tradicional feudo electoral del PP, que se muestran dispuestos a ceder agua para el riego procedente de la zona baja de la cuenca, han criticado la actitud del Gobierno valenciano y el PP, que han tomado partido a favor de los regantes de Alicante, donde Camps libra a la vez una batalla de carácter orgánico. Algunas organizaciones que estaban en la órbita del PP en su defensa del trasvase del Ebro, se han desmarcado de la línea marcada por el Gobierno valenciano, como es el caso de la Asociación Valenciana de Agricultores (AVA-Asaja), cuyo líder, Cristóbal Aguado, ha sido ahora objeto de una duro acoso desde las consejerías de Agricultura e Infraestructuras. Las asociaciones agrarias Unió de Llauradors-Coag y AVA-Asaja han planteado alcanzar un pacto por el agua que acabara con la "instrumentalización política" de este proyecto. En esta tesis están también los partidos de izquierda, como el PSPV-PSOE o Esquerra Unida, y diversos colectivos ecologistas.

En el ámbito empresarial valenciano, que siempre ha simpatizado con el PP, también ha habido fisuras. La patronal CEV (Confederación Empresarial Valenciana) y el grupo AVE (Asociación Valenciana de Empresarios) han realizado múltiples llamadas al consenso entre los valencianos y no se han sumado a la alternativa que defienden el resto de asociaciones en Alicante. En defensa de la opción de Cortes de Pallas se han enrocado los regantes del Vinalopó, los empresarios de esta provincia y el en pleno PP. El enfrentamiento ha llegado a plantearse como una tensión territorial en la se perjudica a Alicante frente a Valencia.