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Una muestra reúne en Bilbao 90 carteles españoles sobre prevención de accidentes

Las piezas, de entre 1870 y 1970, proceden de una colección particular

Carteles a medio camino entre la obra de arte y la publicidad, reflejos de la ideología de una época o del aperturismo de otra, tratados de consejos y advertencias, escaparates de las desdichas más comunes. Así son los 90 carteles de la España del siglo XX sobre accidentes y prevención que desde ayer y hasta el próximo día 16 se pueden ver en Bilbao. Procedentes de una colección particular, abarcan desde el año 1870 a 1970.

Cien años de alertas sobre riesgos laborales se reúnem en la planta baja del palacio Yohn (calle Pelota, 10) de Bilbao. Son tres salas que muestran los 90 carteles escogidos de la colección particular del profesor de la UNED Carlos Velasco Murviedro, que atesora hasta 4.500 de diferentes temáticas, con motivo del 75º aniversario de la mutua de accidentes de trabajo y enfermedades profesionales Fraternidad Muprespa. "La iniciativa de la muestra corrió a cargo de la aseguradora, que se puso en contacto conmigo para que les prestara los carteles", señala Velasco, quien pondera el carácter singular de la muestra.

Aunque el 80% de los carteles que se presentan en Bilbao son anónimos, "que era lo más habitual", puntualiza el coleccionista, algunos llevan estampada la firma de su autor: Ramón Casas, H. Oñativia, M. A. Lambrecht... El más conocido de los expuestos, aunque está sin firmar, lo realizó Rafael de Penagos para la compañía aseguradora Mapfre. "Sabemos que es de él gracias a que la familia conservaba uno igual", apunta Velasco. Entre el casi centenar de ejemplos expuestos, ninguno hace publicidad de la impulsora de la muestra, La Fraternidad.

Los carteles informan sobre tipos de accidentes y su prevención, sobre la protección al trabajador y al ciudadano. Pero también contienen soflamas políticas, como uno de 1940 del Ministerio de Trabajo franquista, que muestra un formido brazo empuñando un martillo y la frase: "El brazo del trabajador es tanto como la espada del capitán para la grandeza de un pueblo".

Otras láminas alertan sobre peligros sanitarios, como una litografía creada por Francisca Mariscal en 1930 con motivo de VIII Congreso de Pediatría, en la que se lee: "Cuidado, por el chupete pueden transmitirse graves enfermedades. ¡Rechazadlo!". Muchos hacen referencia a la conveniencia de asegurar las cosechas ante inclemencias del tiempo u otros imprevistos, y otros alientan el respeto a las máquinas: "¡Domina la máquina! No sea que se vuelva contra ti", dice un cartel de 1963. En los dirigidos a la población campesina, destaca un dibujo muy gráfico y directo, con apenas texto.

Hay un ejemplo, incluso, de publicidad de un invento que no llegó a prosperar, el casco de motorista Cabeza Lux, "un aparato luminoso señalizador", con un par de luces a ambos lados que se iluminaba inclinando la cabeza y servía tanto para alertar de la posición del motorista como para señalizar la toma de una curva.

No tocar

En una vitrina en el centro de una de las tres salas reposan chapas metálicas muy conocidas: la calavera que advierte de peligro de electrocución con el lema: "No tocar. Peligro de muerte". Hay chapas de 1930, 1940 y 1950. Las variaciones sobre este tema tan clásico, como se aprecia en las piezas expuestas, son escasas; si acaso, lo que más cambia es la expresión de la calavera.

Carlos Velasco destaca una litografía de 1910 realizada en Barcelona por Adriá Gual para Extintores Minimax. La imagen, de gran dramatismo, muestra a una madre con sus dos niños pequeños enfrentándose a un gran incendio en su casa con el extintor que anuncia. "Este cartel se encontraba en muy mal estado y he realizado una minuciosa labor de resturación", indica Velasco, que encuentra las piezas de su colección en anticuarios, subastas, rastros y a través de conocidos.

La exposición es itinerante y comenzó su recorrido en octubre de 2004 en Madrid. Después de Bilbao seguirá su camino por España. Se puede visitar de lunes a viernes, de 9.00 a 13.00 y de 16.00 a 21.00, y el sábado, de 9.30 a 13.30. La entrada es gratuíta.

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