Los geos abordan en Cabo Verde un velero con 2.800 kilos de cocaína destinada a Francia
La red utilizó la nueva ruta africana, considerada más segura, con base en Marruecos
Un comando del Grupo de Operaciones Especiales (GEO) de la policía abordó el pasado día 3 cerca de Cabo Verde un velero procedente de Cuba que cargaba 2.800 kilos de cocaína despachados hacia Francia. La organización tenía previsto utilizar la nueva ruta africana de la cocaína, que pasa por llevarla hasta Marruecos, esconderla y aprovechar parte de la infraestructura utilizada para introducir hachís en Europa. Siete franceses y un español han sido detenidos en la operación, que ha permitido confiscar el mayor alijo conocido de esta droga en la historia de Francia.
Sólo unos días después de que una operación de los aduaneros de la Agencia Tributaria permitiera incautar en Rotterdam un alijo de 4.600 kilos de cocaína, la Brigada Central de Estupefacientes ha servido un nuevo alijo de esta droga, esta vez a Francia. En sólo una semana, 7,4 toneladas de cocaína.
Las pesquisas comenzaron en febrero, una vez que la citada brigada y la Unidad de Delincuencia y Crimen Organizado (Udyco) de Santa Cruz de Tenerife se enteraron de que un español habitualmente residente en Barcelona, Ventura M. C., había alquilado un velero para viajar a Cabo Verde en compañía de un tal René C., un francés con antecedentes por narcotráfico.
Los investigadores aseguran que con ese barco los traficantes habían logrado llevar hasta Marruecos una partida de 1.180 kilos de cocaína sobre cuyo paradero no han dado más explicaciones las fuentes consultadas. Entonces supieron que en octubre de 2004 la banda había comprado el velero Tobago Clipper, anclado en el puerto Marina Hemingway, de La Habana (Cuba).
Desde La Habana
René C. llegó a La Habana en mayo pasado para acondicionar el barco, labores en las que colaboró otro francés, Pierrick T. El grupo había preparado previamente su infraestructura en España, Francia y, sobre todo, Marruecos, para esconder la droga y luego desplazarla hasta territorio europeo. Supuestamente optó por esta ruta africana al considerarla más segura y menos vigilada que la gallego-portuguesa y la holandesa.
El velero zarpó el 21 de julio de La Habana, con bandera de Noruega, según informaron las autoridades policiales cubanas. Para entonces, la Comisaría General de Policía Judicial y la Fiscalía Especial Antidroga habían alertado de la operación a sus colegas de Francia, con los que decidieron formar un grupo conjunto de investigación para este cometido.
El Tobago Clipper fue seguido de forma indirecta en su inicial travesía por el Caribe. En la primera semana de agosto hizo escala en Trinidad y Tobago, de donde zarpó el día 16, derrotando hacia Cabo Verde. Las fuentes consultadas no han precisado donde estibó la droga, si lo hizo en alguno de los puertos citados o si, en cambio, lo hizo en la desembocadura de alguno de los ríos de Venezuela.
La policía recibió autorización para el abordaje del Juzgado Central de Instrucción número 4 de la Audiencia Nacional y también de las autoridades de Noruega, debido a que el velero viajaba bajo su pabellón. El comando del GEO subió a la patrullera Atalaya de la Armada Española, que se lanzó a la persecución del Tobago Clipper. El 3 de septiembre, a unas 250 millas al este de Cabo Verde, el moto-velero diésel fue interceptado y abordado y sus tripulantes, René C. y Pierrik T., detenidos. La droga estaba empaquetada en 69 fardos en los camarotes y los pasillos del velero.
Con el barco asegurado, la policía francesa detuvo en Montpellier a cuatro conciudadanos y halló en su poder un rifle de tiro tenso del calibre 22, con silenciador y mira telescópica, así como un revólver Magnum. Uno de ellos, Cherif T., fue detenido cuando se encontraba a bordo de una lancha neumática. En España fueron detenidos el español Ventura M. C. en su casa de Barcelona, mientras en Estepona (Málaga) fue arrestado el francés Henry Pierre T.
En Barcelona, además, fueron registrados dos veleros, uno atracado en Premià de Mar y el otro, en el puerto de Balís de San Andreu de Llavaneras, utilizado como residencia por el español apresado. Durante el registro en Estepona fue hallada otra pistola, una de calibre 22 con abundante munición, así como dos cajas de seguridad repletas de joyas.
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