"Quería demostrar que soy bueno"
El primer ruso del que se habló con profundidad en la Vuelta fue de Iván Ivanov, aquel que ayudó a Perico Delgado en Navacerrada en la Vuelta de 1989 y a quien luego el segoviano, feliz por haber ganado su segunda Vuelta, le dio un sobre con su dirección por si volvía a Segovia. Del segundo ruso, de Denis Menchov, se habla ahora, 16 años más tarde, porque, llegado a la mitad de la carrera, es el líder de la Vuelta, porque puede ganarla. Joseba Núñez, el Potro, le trabaja la pierna izquierda, brillante por el aceite. Al Potro se le da mejor trabajar un masaje con las manos que usar la boca en su nuevo cometido de jefe de prensa de Denis Menchov, pero con la lengua también es muy hábil, tan hábil que Menchov tarda al menos cinco minutos en dejar de reírse después de que el masajista, que también fue ciclista, le contara cómo fue su primera pájara. Cuando ya logra olvidar la anécdota, Menchov, de 27 años, boca arriba sobre la camilla, micrófono pinzado en la camiseta, empieza a responder.
Pregunta. Día de descanso y de amarillo, ¿le sorprende verse así?
Respuesta. A medias. Mi idea era intentar luchar por alguna etapa y hacer un buen puesto, para mí eso ya era hacer una Vuelta bonita. Pero no pensaba ponerme de líder porque la Vuelta es una carrera muy grande, aquí vienen muy buenos corredores, hay favoritos de otros años... yo no contaba.
P. Usted dejó el Banesto por el Rabobank y en el equipo holandés le dejaron centrar toda su temporada en el Tour. Allí sufrió problemas físicos y estuvo mal. ¿El fracaso le ha hecho llegar a la Vuelta más enrabietado?
R. Tenía ganas de demostrar que soy un buen ciclista. Pero las cosas van despacio. Primero tenía que recuperarme del Tour y luego pensar en más cosas.
P. ¿Le sorprende que a la gente le llame la atención que usted aguante a Heras en la montaña?
R. En la Vuelta he demostrado sobre todo que he progresado mucho contrarreloj, porque yo siempre he sido un buen escalador. Cuando veo todo lo que dicen de mí lo considero normal porque Heras es el número uno, ha ganado tres vueltas y era el gran favorito.Y también es lógico que el público español quiera que ganen los corredores españoles.
P. Belda dice que prefiere que gane usted antes que Heras; Mancebo, que es su amigo, también... ¿ve a Heras aislado?
R. Yo no me puedo quejar del trato que recibo de la gente, soy un ciclista que procura llevarse bien con todo el mundo. No sé si Heras está aislado, pero sí que se ve que la forma de correr de su equipo, que es muy agresiva, no tiene contento a la gente. Liberty no deja escapadas, pero Manolo Saiz sabe cómo corre.
P. Hace unos días no le esprintó a Mancebo en Ordino-Arcalís, ¿lo hizo para seguir siendo amigo de Mancebo?
R. Yo me alegré de que Mancebo ganara en Ordino. Si no esprinté fue porque no tenía derecho a disputar la etapa ya que no había dado ni un relevo en la subida.
P. Otros sí habrían disputado la victoria, ¿lo hizo por una cuestión ética?
R. Yo soy así. A mí me pidieron ayuda en la subida, yo no colaboré y no me parecía ético ir a por la victoria.
P. Todo el mundo dice que de la Vuelta que queda los Lagos y Pajares son las etapas más duras, pero en su equipo comentan que lo más difícil ya está pasado.
R. Son dos etapas muy difíciles, importantes, pero creo que para el equipo van a ser fáciles de controlar. También me han dicho que los días de Madrid son duros, pero creo que ahí se corre diferente, me preocupan menos.
P. ¿Conoce los puertos que le quedan?
R. No los he subido nunca ni los conozco, tampoco he ido a verlos. Pondré el 23, como todos, y para arriba.
P. Dicen que usted fallará en la tercera semana.
R. En el Tour 2003 aguanté muy bien la tercera semana. Fue cuando llevé el maillot blanco y ese año llegué a París muy bien, fresco.
P. ¿Le envían cartas de ánimo desde Mutilva, donde vive? ¿Tiene peña?
R. Nada, nada, ni tengo peña. Sí que me apoyan mis vecinos y sí que me han felicitado mis compañeros de la grupeta: Bru, Txente, Zandio, Koldo Gil...
P. ¿Desde Rusia se ha interesado alguien por usted? ¿Algún periódico, alguna televisión?
R. Nadie. No deben de saber mi número de teléfono.
P. ¿Cómo se vive siendo un poco apátrida?
R. A mí me gusta la vida que llevo y cómo me van las cosas. En Rusia el ciclismo es un deporte que no tiene tirón popular, ni fama, ni tampoco lo practica mucha gente.
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