Cita para un duelo en La Concha
Astillero saca a Castro sólo dos segundos
Cuando Astillero ejecutó una ciaboga perfecta y paró el cronómetro en 9m39s., hubo cierta decepción entre los aficionados al remo. En ese momento, la diferencia entre los de la San Juan XIII y los de La Marinera de Castro, que había bogado 30 minutos antes, sumaba ya nueve segundos. Todo parecía marcado para que los astillerenses, como en las dos últimas ediciones de la Bandera de La Concha, usasen la tanda de honor para hacer turismo por la bahía donostiarra.
Sin embargo, en popare la sorpresa fue creciendo. El bote de Astillero no perdía ni fuerza ni frecuencia de remada, pero cada cien metros regalaba casi un segundo a Castro hasta que, a 800 metros de la meta, consiguió enderezar el rumbo y parar el tiempo en 19m09,10s., dos segundos menos que su rival. La espectacularidad de ambas traineras cántabras se constata con el reloj en la mano. El año pasado, los de Astillero lograron un registro de 19m23,23s., tiempo récord desde que en 1879 comenzasen las regatas estivales de La Concha. Ayer, Castro lo rebajó en la primera tanda más de 14 segundos. La respuesta al órdago de los rojos no se hizo esperar: la San Juan XIII reducía a su vez el registro de sus rivales.
Todo resultó espectacular en las aguas de San Sebastián. Castro, que partía con la desventaja de remar en la primera ronda con los rivales teóricamente más débiles, hizo una carrera muy inteligente: forzó hasta la ciaboga, pero en el popare, clave para vencer en La Concha, fue cuando sus remeros se desfondaron. Los también cántabros de Pedreña entraban a más de 24 segundos, mientras que Pasai Donibane se dejaba 39 segundos y los gallegos de Cabo da Cruz, la gran decepción de la jornada, perdían 48.
Y llegó el show de Astillero. Salieron muy rápido, a un ritmo casi insostenible, y apretados en la primera parte de la tanda por Hondarribia, el tapado de ayer. Los cántabros bogaron con enorme potencia, bien mandados por el patrón Izortz Zabala, realizaron una ciaboga casi perfecta y terminaron de sacudirse a los verdes tras el giro. Orio ocupaba la tercera posición mientras que Arkote reservaba todas sus fuerzas para la vuelta. Astillero comenzó a perder tiempo en la comparativa con Castro. Al tiempo, los de Plentzia superaron a Orio y comenzaron a seguir a la Ama Guadalupeko, en cuya estela estaba la clasificación para la tanda de honor del próximo domingo. Y no la soltaron.
La segunda tanda fue tan rápida que tres de los cuatro participantes en la final del día 11 provendrán de esta ronda: Astillero, Hondarribia y Arkote. "Dirán que teníamos la ventaja de saber el tiempo de Castro, pero también teníamos la desventaja de ir en la calle dos, en vez de en la cuatro, y de remar en la segunda tanda por el viento", justificaba Emilio Collantes, responsable de Astillero. Mientras, Pedro Abad, directivo de Castro, buscaba argumentos para explicar que su bote no consiguiese una remontada completa en el popare y no lograse su cuarta victoria consecutiva (las dos últimas regatas tuvieron color rojo, así como los entrenamientos del pasado jueves, donde lograron el mejor tiempo). "Astillero ha cogido una ola al final que les ha metido casi hasta la playa", indicó Abad.
Si en algo coincidieron los patrones de ambas embarcaciones cántabras fue en que el día 11, La Concha albergará una cita difícilmente inolvidable, un duelo feroz que hace ya muchas temporadas que no se vive. "Este año todo está mucho más disputado. Para la afición es mucho mejor que dos traineras se peguen en el agua", comentó Abad.
Polémica por el GPS
Con tanta rivalidad no se concibe una regata sin polémica. Además, con José María Korta en uno de los dos bandos, el enfrentamiento resulta casi obligatorio. Korta, el hombre del remo más laureado en las aguas de La Concha, ya sea como remero, patrón o preparador y ahora enrolado en las filas de Castro, apenas esperó a que su embarcación recalase en la cuesta del puerto donostiarra para descargar todo su arsenal verbal. El motivo: las mediciones por satélite GPS. "Es una vergüenza que tengan las referencias por GPS de nuestro tiempo. Eso no se puede permitir porque es una ventaja para ellos", aseguró.
Y es que gracias a los avances técnicos, el timonel de Astillero, que participó en la segunda tanda, conocía gracias a un pinganillo el tiempo que Castro había ido marcando en todos los puntos de paso. De esta forma, según Korta, se puede dosificar o acelerar. Es decir, se puede adulterar la competición.
Con sus declaraciones sumó el remo a otros deportes como el ciclismo, en los que se pide la supresión de los audífonos para recibir instrucciones con idea de favorecer el espectáculo, o el fútbol, en el que el Real Madrid hizo un experimento en un amistoso que causó enorme polémica. Eso sí, el próximo domingo el GPS no tendrá ninguna utilidad ni para Astillero ni para Castro, que se medirán cara a cara en un duelo que promete irse calentando a lo largo de toda la semana.
Ajeno a las declaraciones de Korta y también a todo atisbo de conflicto se mostró el preparador de Arkote, Patxi Bilbao. Desde 1957, año de creación del conjunto plentziatarra, Arkote nunca se había colado entre los ochos mejores que disputan la bandera más deseada del panorama remero. El pasado jueves, lograron su ansiado pase y ayer llegaron al puerto de San Sebastián sin nervios, con los deberes hechos.
Los vizcaínos remaron en la serie más rápida y, tras vencer en su duelo contra Orio, se alzaron con el cuarto puesto que da derecho a bogar en la tanda de honor. Todo un lujo para un club pequeño cuya aspiración es asentarse entre los ocho mejores de la Liga ACT. "Más no se le puede pedir a Arkote", resumía Bilbao.
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