_
_
_
_
Tribuna:CICLISMO | La polémica sobre Armstrong
Tribuna
Artículos estrictamente de opinión que responden al estilo propio del autor. Estos textos de opinión han de basarse en datos verificados y ser respetuosos con las personas aunque se critiquen sus actos. Todas las tribunas de opinión de personas ajenas a la Redacción de EL PAÍS llevarán, tras la última línea, un pie de autor —por conocido que éste sea— donde se indique el cargo, título, militancia política (en su caso) u ocupación principal, o la que esté o estuvo relacionada con el tema abordado

Go, Lance; go!

Por un lado, unos frasquitos de pipí dudosos, viejos como Matusalén, y, por otro, la palabra de Lance Armstrong: "No he tomado productos que aumenten el rendimiento". Yo -aún a riesgo de que sufra mi modestia- soy como Eddy Merckx: "Confío en Lance".

Una observación. Al parecer, nunca hubo contraanálisis. Por lo tanto, Armstrong es acusado y, al mismo tiempo, colocado en la imposibilidad de defenderse. En definitiva, el terreno en el que se dirime esta extraña partida es cualquier cosa salvo el de la justicia.

Lance Armstrong, que ayer se destacaba con facilidad del pelotón, se presenta hoy ante el pelotón de ejecución. Había que linchar a quien, durante siete años, convirtió el Tour en una película del Oeste, recorrió nuestras llanuras al galope, llevando tras su estela a los carromatos del US Postal. Armstrong nunca ha carecido de valor, ni en su cama de hospital ni sobre una bicicleta. ¿Puede decirse lo mismo de quienes abren fuego justo en el momento en que se baja del sillín? Había que linchar a este campeón del mundo que nunca ha sido uno de esos tipos bonachones a los que se les puede dar una palmadita en la espalda. Había que lincharle, a este estadounidense que en julio monta en una bicicleta de carreras en los Pirineos y en agosto en una bicicleta de montaña en Texas en compañía -¡horror, pavor!- de George W. Bush.

Quienes han permanecido durante meses en las cuevas del laboratorio de Châtenay-Malabry registrando los archivos y sacudiendo los frascos nunca, hay que recordarlo, han querido a Lance Armstrong. Al día siguiente de su séptima y última victoria en los Campos Elíseos titulaban: "Seguirá estando aparte". De este modo, se afanaban en excluirlo de un pelotón sobre el cual había reinado. Se negaban a concederle el lugar que le corresponde entre los gigantes del Tour. Se habían regocijado con la publicación de un libro, L. A. confidentiel, escrito a cuatro manos -dos para las consonantes y dos para las vocales-, un libro repleto de ninguna revelación, de ningún secreto sobre el supuesto lado oculto de un campeón que dijo esta frase fantástica: "No corro por dinero, corro por el dolor". Ellos, que nunca creyeron en su autenticidad, habían repetido, columna tras columna, para descalificarlo, que Lance, al contrario que sus gloriosos antecesores, sólo corría el Tour. Es cierto, Lance, a quien la enfermedad sin duda enseñó a escoger, prefirió el Tourmalet a las Dolomitas, Saint-Étienne al Poggio. ¿Se lo podemos reprochar sin ser ingratos? Armstrong sigue siendo este niño del Nuevo Mundo que, en el país del béisbol y de la NBA, soñaba únicamente con el Tour. Sueño que engrandece al Tour.

Christian Laborde es escritor francés y ultima un libro sobre Armstrong.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_