Owen tira la toalla
El inglés acepta irse al Newcastle, que pagará al Madrid más del doble de lo que le costó
El domingo, en Cádiz, Michael Owen se llevó la sorpresa de su vida cuando en el vestuario supo por boca de su entrenador, Vanderlei Luxemburgo, que ni siquiera tenía una plaza en el banquillo, el lugar al que se suponía abocado. Owen fue desterrado a la grada, en una decisión, la de Luxemburgo, que bien pudo ser recomendada desde las alturas. Porque el mensaje del Madrid era alto y claro: el Newcastle seguía pujando por él y el club estaba encantado con su oferta. Pero faltaba el sí del jugador. Apenas 36 horas después de aquel suceso llegó finalmente el sí del jugador.
Owen es desde ayer nuevo jugador del Newcastle, ese equipo al que de ningún modo quería ir traspasado, para las próximas cuatro temporadas. Su órdago al Madrid, su empeño en quedarse o, en su defecto, volver al Liverpool, que jamás hizo una oferta por él, murieron el domingo en las gradas del Carranza. Un año después de ficharle por 12 millones de euros, más el canterano Núñez, el Madrid se deshace de Owen a cambio de una cantidad cifrada en torno a los 17 millones de libras, unos 24,9 millones de euros. Deja en su hoja de servicios 13 goles en 36 partidos de Liga y uno en Champions.
Hace una semana, el miércoles 24, el Madrid cerró el acuerdo con el Newcastle, único club que oficialmente se había dirigido a la entidad blanca. Ambas entidades querían el traspaso, en ningún caso la cesión, de Owen. El Madrid, porque quería sacar un beneficio económico a la operación; el Newcastle, porque sólo teniendo al jugador en propiedad podría obtener futuras ganancias. Y más con un Mundial, el de Alemania, de por medio.
Pero el Madrid cerró el acuerdo sin el consentimiento del jugador. En cuanto Owen fue informado de lo ocurrido, se apresuró a dar su respuesta. Que fue un no, aunque matizado. Sólo se iría al Newcastle si era en calidad de cedido durante un año. Owen rechazaba cualquier traspaso que no tuviera como destino el Liverpool, su equipo de toda la vida, del que se fue para ganar la Copa de Europa con el Madrid y, paradojas, la conquistaron los reds sin él. Por eso rechazó también la oferta del Everton, un conjunto que había calificado de "menor", según desveló David Moyes, el técnico del equipo. Tan menor, entonces, como parecía el Newcastle, un equipo que ni siquiera participará esta temporada en competiciones europeas.
Pero el domingo, en Cádiz, Owen se vio comiendo pipas en la grada y entonces cayó en la cuenta de que el Madrid, Florentino Pérez, Arrigo Sacchi, incluso Luxemburgo, su gran valedor en el tramo final de Liga, le habían cerrado todas las puertas, incluida la del banquillo, y sólo le dejaban abierta la de salida.
El pasado lunes, sólo un día antes de aceptar la oferta del Newcastle, Owen aprovechó su estancia en Inglaterra, donde ha acudido para jugar con su selección, y se fue a Anfield, el estadio del Liverpool. Allí se reunió con Rick Parry, el director ejecutivo del club inglés. Y supo, de primera mano, que ni el Liverpool ni su técnico, Rafa Benítez, habían movido un dedo para contratarle. Y no lo iban a mover. El club, porque no estaba dispuesto a entrar en una especie de subasta con el Newcastle, que había tasado el precio de salida en 20 millones de euros y que no se retiraba de la puja por mucho que se acabara de gastar 14 millones en la compra de Luque. Y Benítez, porque si hace un año no puso un solo pero a su traspaso al Madrid, no iba a cambiar ahora de posición cuando se ha hartado de decir que el equipo necesita reforzar otras posiciones.
"No queríamos ni venderlo, ni cederlo, excepto si llegaba una gran oferta". Con estas palabras, Sacchi hizo ayer oficial el adiós de Owen, al que calificó de "gran profesional, óptimo jugador y mejor persona". Pero el ofertón llegó y Owen dio el sí, para regocijo del Newcastle. A este club le ha importado bien poco pagar más del doble de lo que le costó al Madrid por un jugador que, en un año en el Bernabéu, no se ha revalorizado y que nunca ha tenido el más mínimo interés en fichar por él.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.