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Crónica:FÚTBOL | Primera jornada de Liga
Crónica
Texto informativo con interpretación

El Sevilla presenta al Baptista flaco

Kanouté destaca en la victoria local sobre el pobre juego del Racing

La llegada del fútbol no significa la ida del verano, ni de nada. Al menos, en Sevilla. Ayer el equipo anfitrión jugó -lo que duraron los futbolistas, de ambos equipos, ordenados sobre el terreno de juego- según el modelo de los cursos pasados y el partido se disputó en una playa con graderíos de hormigón alrededor.

No sólo la táctica, sino la estrategia de los primeros 45 minutos fueron idénticos a los de las dos temporadas anteriores: un mediapunta potente para arrastrar marcajes, pelotas y peloteros tras él y un ariete encargado de bajar los pases que le llegan desde la bandas, ya sea para su propio beneficio o para ponerlo a la entrada en carrera del citado y exigido mediapunta.

SEVILLA 1 - RACING 0

Sevilla: Palop, Daniel Alves, Aitor Ocio, Sergio Ramos, David Castedo; Martí, Renato; Jesús Navas (Maresca, m. 61), Kanouté, Antonio López (Pablo Alfaro, m. 90); y Kepa (Saviola, m. 58).

Racing: Aouate; Regragui, Moratón, Neru, Pinillos; Vitolo (Juanjo, m. 76), Casquero; Marqués (Raúl, m. 61), Melo, Dalmat (Jonatan, m. 66); y Aganzo.

Gol: 1-0. M. 28. Kepa, de cabeza, remata un centro desde la izquierda.

Árbitro: Velasco Carballo. Amonestó a Regragui, Marqués, Martí, Kepa, Aganzo y Casquero.

Unos 40.000 espectadores en el Sánchez Pizjuán. El terreno de juego estaba en pésimas condiciones con el césped sin enraizar.

Kanouté ejercía de repuesto modesto del repentinamente sideral y madridista Baptista. Corrió mucho y bien el espigado delantero, y a pesar de no tener el portentoso fenotipo del brasileño demostró potencia y descaro. Pudo haberse adornado aún más si hubiese marcado con el chut cruzado con el que culminó una entrada por la derecha.

Pero allí estaba Aouate, el mejor de un pobrísimo Racing. El equipo cántabro se limitó a un puñado de ideas individuales interesantes que el equipo aún no ha sabido sintentizar en un idea abstracta. Marqués demostró ser uno de los jugadores más habilidosos de la Liga: serpenteando entre agujeros, socavones y precipicios de césped levantado fue capaz de irse de tres contrarios en una ocasión y de un par de ellos varias más. Pero nada, el equipo no ha interiorizado su juego -ni el de nadie aún- y nadie sabía predecir qué iba a pasar para intentar ponerse en el lugar justo con la ventaja necesaria; Dalmat demostró tener calidad, pero ídem de ídem; Melo intentaba juntar las flechas de la brújula que apuntan hacia Aganzo pero la carencia de mapa le obligó a tirar de testiculina y ahí, tarde o temprano, el fútbol muere; Casquero, que es el encargado de pensar con lentitud para que el rápido ejecute su plan, tampocó funcionó en conjunto.

Si Kanouté era un Baptista estilizado, Kepa fue un ariete mejorado, digamos que sobre lo ofrecido por Darío Silva, Aranda, Antoñito o Carlitos en cursos anteriores. El joven marbellí jugo de perlas y erró grueso también. Minutos antes de marcar el gol del partido, había estrellado un balón de cabeza en la cruceta larga del portero racinguista. El tanto también lo produjo con el apéndice en el que reside la inteligencia. Con astucia de delantero puro, además. En la segunda mitad, se dejó llevar por la desidia de compañeros y contrarios y, en el minuto 46, no estuvo lo suficientemente concentrado como para aprovechar un rechace que le dejó solo a medio metro de la línea de gol racinguista.

Para cuando Juande Ramos se decidió a mostrar el futuro que quiere, el partido ya se habia acabado. Maresca aportó un par de buenos pases y un tiro de falta -mucho más que Renato- y Saviola, nada de nada. El debú sevillista fue para Kanouté.

Regragui despeja la pelota ante Saviola.
Regragui despeja la pelota ante Saviola.GARCÍA CORDERO

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