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Perfil | Dieter Zetsche

Un 'modesto' ingeniero

El día que el aún presidente de DaimlerChrysler, Jürgen Schrempp, anunció su dimisión, las acciones del segundo fabricante de coches del mundo subieron hasta un 11%. El tirón no sólo se debió a la marcha del que la revista Business Week coronara como "peor ejecutivo de 2004". La elección de Dieter Zetsche para sucederle fue un órdago inesperado que recibió el aplauso de los mercados.

El bigotudo Zetsche no era el príncipe heredero. Si bien se manejaba su nombre en las quinielas, el sucesor natural de Schrempp era Eckhard Cordes. Schrempp mismo lo había colocado en la pista de despegue: la presidencia del Mercedes Car Group (MCG), que engloba las marcas Mercedes, Smart y Maybach. La elección de Zetsche supone hasta tal punto un cambio de rumbo y de carácter en la presidencia, que Cordes prefirió poner tierra de por medio para evitar continuos enfrentamientos.

La arrogancia de Schrempp dio paso a la modestia de Zetsche. Sin llamar la atención, este alemán nacido en Estambul y criado en Francfort consiguió en cuatro años levantar Chrysler, un bombón adquirido en 1998 que resultó estar podrido. En 2001, Chrysler registraba unas pérdidas operativas de más de 2.000 millones de euros. Cuatro años y 26.000 despidos después, Chrysler es la que tira del carro DaimlerChrysler, con Mercedes a la zaga.

Su llegada a Estados Unidos estuvo acompañada de escepticismo, pero Zetsche se ganó a la plantilla a pesar de los recortes. El alemán iba a comer a la cantina de los operarios, hablaba con todo el mundo, se dejaba ver en fiestas de sindicatos y aparcaba su coche con los demás en lugar de usar la plaza de garaje con calefacción y moqueta mandada acondicionar por uno de sus antecesores. Su dominio de la técnica -es ingeniero- y no sólo de los números le hizo ganar el respeto de los demás y el calificativo de car guy: un hombre que viene del sector, que no vende igual coches que neveras.

Tras 29 años en Daimler, Zetsche no sólo se hará cargo de la presidencia del consorcio, sino también del MCG hasta que se encuentre un sucesor adecuado para Cordes. El MCG, pilar europeo de DaimlerChrysler, sufre de un descenso crónico en las ventas de sus coches de lujo. La imagen de Mercedes pierde lustre por sus problemas de calidad y cada vez más se rumorea que no será suficiente eliminar dos modelos del Smart y despedir a 700 empleados. Si es cierto que la experiencia en Estados Unidos le ayudará a abordar estos problemas, a la hora de recortar plantilla los sindicatos alemanes son más duros de roer que los de Detroit.

SCIAMMARELLA

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