Messi causa asombro

Lionel Messi tenía 13 años y a Charly Rexach le bastaron 10 minutos para comprender que aquel niño delgaducho apuntaba a fenómeno. Como miembro que era del cuerpo técnico del Barcelona, le pidieron que echara un vistazo a ese chaval que se estrenaba junto al Miniestadi. "¡Fichadlo ya!", exclamó de vuelta a los despachos. "No había que ser muy listo para saber que jugaba cuatro peldaños por encima del resto", recuerda el ex delantero y ex entrenador azulgrana, entusiasmado con la actuación que protagonizó el argentino en el Trofeo Gamper.

"Cualquiera que entienda un poco de fútbol no necesita más que verle tocar la pelota dos veces para comprender que lo suyo es puro talento", corrobora Xavi. El jugador más veterano del plantel no duda: "Messi lo tiene todo: regate, desmarque, toque, pase..., es valiente, no se arruga...". Pero avisa: "Con todo eso no basta. Debe aprender. Si es listo, será uno de los más grandes".

Oleguer coincide con Xavi y anuncia que el cambio de ritmo de Messi "es increíble, demoledor, incomparable", al tiempo que advierte de cierto temor ante las expectativas abiertas: "Tiene 18 años, está creciendo y es responsabilidad de todos dejarle que crezca. Nadie sabe dónde está su techo, pero está claro que, a su edad, le queda mucho que aprender para tocarlo".

"Que nadie se equivoque", pide a gritos Txiki Begiristain: "Messi tiene un rol en esta plantilla: subirse a un carro ganador, pero no tirar de él". Insiste el director deportivo en que está en el grupo perfecto "para disfrutar de los éxitos, liberado de cualquier responsabilidad sobre el fracaso. Para marcar las diferencias hay otros. Él sólo debe jugar como sabe, sin más agobios". Y asegura que el Barça "le mimará lo que haga falta": "No queremos que nada perturbe su proyección". "Afortunadamente, manda [Frank] Rijkaard", concluye; "madie mejor que el entrenador para cuidarle dándole el protagonismo justo, protegiéndole de cualquier exceso".

En el vestuario parece evidente que existe el compromiso de ayudar a Messi a que progrese con naturalidad. Apadrinado por Deco y Silvinho, diablo y ángel de la guarda respectivamente, sus compañeros le conceden un gran mérito y coinciden: "El boludo aguanta como un campeón". No se queja de las patadas -"esperaba el trato, la Juve juega duro", comentó ayer al hablar de la contundencia con que trató de frenarle la zaga italiana- ni de las bromas de sus colegas, encandilados todos por su gran talento.

Empezando por Puyol: "En el campo nada de lo que hace es gratuito. No pierde el tiempo en tonterías. Va directo al gol". El capitán considera que Messi "tiene un don: es técnico, rápido y con un cambio de ritmo en la salida del regate imparable". Eso sí, implora: "Tiene 18 años. No se le puede pedir más de lo que se debe exigir a un chico de su edad. Hay que dejarle crecer como futbolista".

Físicamente, ya no lo hará más. Ha completado su fase de crecimiento (1,69 metros), según el doctor Gil Rodas, que destaca una calidad física en Messi: "Tiene fibra de velocista. Si no es el más rápido del equipo, casi". "Lo que pasa es que nunca deja de sorprender". Palabra de Ronaldinho. Y, por lo que se vio el miércoles, de Johan Cruyff y Fabio Capello -"nunca había visto un jugador de tanta calidad a su edad; parecía un diablo"- pasando por Massimo Moratti. El presidente del Inter anunció: "El único jugador por el que perdería la cabeza se llama Messi".