Kerlon y su 'regate de la foca'
El futbolista brasileño, de 17 años, dribla con el balón en la cabeza a los defensas rivales, que le 'aconsejan' que deje de hacerlo
Validar tácticas geométricas en la selección de Brasil es muy fácil. La inconmensurable creatividad de sus jugadores hace eficaces todas las ocurrencias sistemáticas de sus entrenadores. Además, la cantera brasileña, fuente de goleadores y malabaristas del balón, es inagotable. Cuando las bicicletas de Robinho ya van a ser disfrutadas por la afición del Real Madrid, los brasileños ya se deleitan con Kerlon, otro artista del regate.
Este joven de 17 años, media punta, mofletudo y bajito como Maradona, del Cruzeiro, ex equipo de Ronaldo, promete escribir su nombre en los anales del fútbol como un gran inventor de driblings y sombreros. Su primer apunte para la enciclopedia del fútbol es el regate de la foca. La jugada, entrenada desde la infancia, fue presentada internacionalmente en el Torneo Suramericano sub 17, en Venezuela, el pasado abril.
Delante de la cerrada defensa de Colombia, Kerlon elevó el balón y empezó a encarar y regatear a los adversarios controlando la pelota con la cabeza, como una foca de circo haciendo malabares con su hocico. Un desesperado zaguero colombiano fue expulsado por finalizar la jugada con una sonora patada en el pecho del brasileño. Pero Kerlon no se intimidó y siguió con sus malabares. Acabó proclamándose campeón, Bota de Oro con 8 goles y Balón de Oro como mejor jugador.
Pero la osadía e innovación de sus jugadas han generado acusaciones de soberbia al jugador, como la del árbitro de la final contra Uruguay, que le dijo: "Humillas más que brillas" con el regate de la foca. Lo peor es que defensas brasileños secundan las teorías del árbitro y aconsejan a Kerlon que tenga cuidado con las lesiones. Hace tres años, las pedaladas de Robinho, del Santos, levantaron las mismas amenazas y, en el mes pasado, el joven Abuda, del Corinthians, fue agredido por un defensa del Vasco por abusar de irrespetuosas bicicletas.
Kerlon se defiende y jura que utiliza el regate de la foca sólo "como un recurso en la jugada del equipo" y que "no quiere ser irrespetuoso con los adversarios". Hasta el entrenador de la selección brasileña, Carlos Alberto Parreira, salió en defensa de su canterano y aprobó su estilo de juego "cuando beneficie al equipo". El entrenador del Cruzeiro, Paulo César Gusmão, todavía mantiene a Kerlon de suplente porque cree "necesario un desarrollo gradual" de su joven promesa, y apoya "la irreverencia y el descaro" de sus jugadas.
Kerlon no necesita del regate de la foca para jugar bien. Es muy rápido, domina el juego con las dos piernas, tiene un tiro muy fuerte con la derecha, y posee un repertorio de acciones inesperadas que quitan el aliento a la zaga adversaria. Pero en estos tiempos, el regate de la foca es una jugada de marketing. Hoy no es suficiente ser un gran jugador, los clubes también están a la caza de grandes vendedores para sus patrocinadores. Las imágenes de la foquita dieron la vuelta al mundo por la televisión, y ahora Kerlon es más conocido que los principales goleadores del Campeonato Brasileño.
El nombre del suplente Kerlon es el más coreado entre los aficionados del estadio del Mineirão, que celebran como goles sus regates novedosos. Rápidamente, el Cruzeiro blindó a su joven estrella con una nueva cláusula de rescisión de 16 millones de euros y un sueldo que, de pronto, ya le permitió jubilar a sus padres. Antes ganaba 250 euros mensuales.
El próximo show internacional de Kerlon tendrá lugar en septiembre, con Brasil en Perú. Él es la principal atracción del Mundial sub 17.
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