Bouchar estuvo escondido en Bulgaria antes de entrar clandestinamente a Serbia
La llamada 'conexión búlgara' del 11-M resurge por tercera vez en las investigaciones
Abdelmajid Bouchar, El Gamo, ha estado escondido durante varios meses en Bulgaria hasta que el pasado 2 de julio entró de manera clandestina a Serbia, país que atravesó de sur a norte para llegar hasta Subotica, en la frontera con Hungría. El extraño periplo de El Gamo acabó el 23 de julio, cuando fue detenido por la policía serbia en un tren que se dirigía a Belgrado. Las indagaciones se dirigen ahora a saber dónde y con quién estuvo en Bulgaria, un país que surge por tercera vez en las investigaciones del 11 de marzo. De hecho, un búlgaro está implicado en la masacre.
Bouchar entró sin documentos a Serbia el pasado 2 de julio a través de la frontera de Bulgaria, aunque se ignora el punto exacto, según fuentes policiales. Desde entonces estuvo en varias localidades del país, hasta que recaló en Subotica, al norte del país. Los investigadores sospechan que su intención era pasar a Hungría o que buscaba el momento para entrar en Bosnia-Herzegovina, de población mayoritariamente musulmana.
La policía serbia lo detuvo el 23 de julio cuando se encaminaba en un tren nocturno hasta Belgrado. Fue tratado como un indocumentado más y por ello fue retenido sólo por una infracción a la ley de Extranjería. Entonces dijo ser el ciudadano iraquí Midhat Salah. La oficina de Interpol de Belgrado se puso en contacto con el despacho de este organismo internacional de policía en Bagdad.
Consulta a Bagdad
La contestación de la policía iraquí fue que esa identidad era falsa. Bouchar fue interrogado de nuevo y, al saber que ya se había descubierto su engaño, se declaró ciudadano sirio. Según Interpol, la policía serbia decidió entonces enviar la foto y las impresiones dactilares de los 10 dedos de las manos de Bouchar, así como su fotografía, que fueron distribuidas a las policías de todo el mundo.
Interpol-Madrid contestó el 12 de agosto que las huellas coincidía con las recogidas en la casucha de Chinchón en la que se confeccionaron las bombas y en el piso de Leganés en el que el 3 de abril de 2004 se suicidó el núcleo principal del comando que perpetró el 11-M.
La presencia de Bouchar en Bulgaria ha revitalizado la llamada conexión búlgara de los atentados de Madrid. Ésta surgió por primera vez en los días inmediatamente posteriores a la cadena de explosiones que costó la vida a 191 personas. Los dos indios que fueron detenidos por vender algunos de los teléfonos que fueron utilizados en los atentados declararon ante la policía y el juez que los compraron dos personas, que hablaban entre ellos en búlgaro.
Inicialmente este testimonio fue tomado con cierta desconfianza, pero cobró fuerza cuando se descubrió que Serhan Ben Abdelmajid Fahket, El Tunecino, había estado conviviendo hasta diciembre de 2003 con Toni Radev Milenov, Anas el Turco, en un piso de la avenida Donostiarra, en Madrid. Radev, nacido el 9 de abril en Popovezt (Bulgaria), fue detenido el 9 de abril en Sofía. Durante el registro de su apartamento en la capital búlgara, los agentes encontraron un manual en español de fabricación de bombas que, según declaró el propio Radev, le entregó el Tunecino junto con otros documentos. En el cuaderno en el que figuraba ese manual estaba anotado el teléfono de Jamal Ahmidan, El Chino.
La policía búlgara envió un informe a la policía española en el que se decía que Radev fue detenido en el curso de la operación Emisario, llevada a cabo en Bulgaria en el año 2000, "por realizar actividades contra la seguridad del país". A las autoridades de Sofía les constaba su relación con los Hermanos Musulmanes, la misma organización en la que militaba Imad Eddin Barakat, Abu Dahdah, preso en España por su relación con los autores de los atentados de EE UU el 11 de septiembre de 2001. Entonces, Radev difundía "ideas islamistas radicales" y se le investigaba por "cooperar con las estructuras islámicas en la región de Haskovo, situada al noroeste de Bulgaria [cercana a la frontera con Serbia], área caracterizada por la concentración de la etnia turcoárabe".
Sin embargo, Radev fue puesto en libertad por las autoridades búlgaras. Ahora, la policía española sospecha que Bouchar pudo haberse escondido en Bulgaria junto a Toni Radev y que habría puesto pies en polvorosa al sospechar que su amigo podría estar siendo vigilado.
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