El 'lehendakari' rechaza que haya diferencias ideológicas de fondo en el PNV
Dice que Batasuna no supo responder en San Sebastián a su "compromiso de Anoeta"
El lehendakari Juan José Ibarretxe considera que se equivoca quien pretenda vislumbrar diferencias ideológicas "estratosféricas" en el seno del PNV, al hilo del discurso discordante de Josu Jon Imaz y Joseba Egibar sobre la cosoberanía y la independencia. En una comparecencia ante los medios de comunicación, el presidente del Gobierno vasco valoró que, con los incidentes registrados en San Sebastián, Batasuna y sus dirigentes "no han sabido dar una respuesta" al compromiso de sacar el conflicto de la calle que expresaron el pasado noviembre en el discurso de Anoeta.
Pese a esta constatación, Ibarretxe evitó descalificar a la formación ilegalizada como interlocutor en la mesa de partidos que intenta poner en marcha para conseguir "la paz y la normalización política" en su nuevo mandato. El lehendakari se refirió a los altercados de San Sebastián de forma difusa y sin expresar un respaldo expreso a la actuación de la Ertzaintza y del consejero de Interior, Javier Balza. Sí recalcó en tono optimista que, pese a la dificultad de algunos para romper con el pasado, "la etapa de la violencia y la kale borroka ha terminado" por el motivo fundamental de que "la sociedad vasca no lo admite".
El lehendakari, que hizo una pausa en sus vacaciones para comparecer en Ajuria Enea ante los medios informativos, quiso separar lo que es la gestión de su Gobierno del empeño que se ha marcado para la legislatura. Si en la anterior fue el llamado plan Ibarretxe, en la actual es la consecución de la paz y la normalización política, mediante un acuerdo entre todos los partidos de Euskadi sobre los puntos centrales del "conflicto vasco".
Mesa "con garantías"
Ibarretxe indicó que en septiembre se impulsarán los contactos ya iniciados para lograr constituir una mesa de partidos a la que el PP ya ha anunciado que no acudirá si está Batasuna, mientras el PSE condiciona su presencia al anuncio de la desaparición de ETA. Consciente de las dificultades, aclaró que no va a arriesgarse a forzar su convocatoria si no existen previamente "garantías" de que el resultado "sea positivo". Esto requiere, a su juicio, aclarar previamente los conceptos y acordar una metodología y unos plazos.
Preguntado por las diferencias ideológicas que afloraron en la apuesta del presidente del PNV, Josu Jon Imaz, por la soberanía compartida y de Joseba Egibar, su adversario en la sucesión de Arzalluz, por la independencia, Ibarretxe aseguró que no las hay en lo esencial de la doctrina nacionalista, "que no se engañe nadie". Añadió que tanto él como Imaz y Egibar comparten la convicción de que el "futuro de este pueblo lo vamos a decidir los vascos y vascas", que en el País Vasco hay un "conflicto político más allá de la violencia" y que Euskadi no es "una parte subordinada del Estado español". "Y esto es lo importante", recalcó.
Con la misma rotundidad atajó el lehendakari las elucubraciones sobre una posible aproximación entre el PNV y el PSE para que los socialistas entren en el Gobierno que preside. Reiteró que el Ejecutivo tripartito (PNV, EA y EB) responde a una "mayoría natural" y que tiene vocación de durar los cuatro años de la legislatura, cubriendo la falta de mayoría absoluta -"tampoco la tiene el Gobierno español", subrayó- mediante pactos puntuales con "todos" los grupos de la Cámara, ya sea el PSE, EHAK o incluso el PP. No obstante, precisó, como ya hiciera en su primer mandato, en 1998, que cualquier acuerdo de gobierno con los socialistas, al igual que con EHAK o el PP pasa por que "previamente hayamos llegado a un acuerdo sobre normalización política".
Estas ideas, dijo Ibarretxe, son las que trasladará al presidente Rodríguez Zapatero en la entrevista que tienen previsto celebrar en septiembre. Añadió que el hecho de mantener unas relaciones institucionales normalizadas es un buen signo, pero que hay que "avanzar".
El lehendakari, a diferencia del portavoz peneuvista en el Congreso, Josu Erkoreka, no vinculó el apoyo del PNV a los Presupuestos del Estado al respaldo del PSE a las cuentas del Gobierno vasco. La condición que pone para "comenzar a hablar" en Madrid es que el Gobierno de Zapatero cumpla previamente los compromisos alcanzados hace un año sobre el conflicto del Cupo, los gastos realizados por Euskadi para la limpieza de la marea negra del Prestige y la financiación de la ampliación de la plantilla de la Ertzaintza.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.