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Kipketer, el rey de los 800 metros en la última década, deja el atletismo

"Tomé la decisión tras los Juegos de Atenas, pero decidí guardarla para mí. Me he estado haciendo a la idea de que la competición había terminado, que era el fin". Con estas palabras, Wilson Kipketer, el dominador de los 800 metros en la última década, se despidió del atletismo a sus 34 años. Lo anunció en Mónaco, el martes en la sede de la IAAF.

El atleta, de origen keniano pero nacionalizado danés desde 1995, protagonizó el mediofondo internacional durante los últimos diez años. Deja las pistas con un pálmares único, en el que figuran tres coronas mundiales (1995, 97 y 99) un título europeo (2002) y los récords del mundo al aire libre y en pista cubierta. Sólo le faltó conseguir el oro olímpico. Se acercó en Sydney 2000, donde fue plata, y en Atenas, bronce.

"Tenía una única ambición desde Sidney, conseguir el oro olímpico que me faltaba. Fue mi fuente de insipiración para los cuatro años siguientes. Pero después del bronce de Atenas hay que ser realista y reconocer que jamás alcanzaré mi objetivo. No voy a luchar hasta Pekín", admitió.

Kipketer llegó a Dinamarca en 1990, consiguió la nacionalidad en 1995, pero el Comité Olímpico Keniata no le permitió defender los colores de la bandera danesa en los Juegos de Atlanta de 1996, tras haber sido campeón mundial en Goteborg un año antes, privándole así de la que habría sido su gran oportunidad de alcanzar el título olímpico.

Este no fue el único contratiempo en su larga y victoriosa carrera, marcada por la alternancia de triunfos y sinsabores. El 24 de agosto de 1997, en Köln, Dinamarca, consiguió el récord mundial con una marca de 1m 41,11s, a la que nadie ha conseguido todavía acercarse. Rashid Ramzi, por ejemplo, ganó el oro en Helsinki con un tiempo de 1m 44,24s, que además es su mejor marca. Una eternidad.

En otoño de ese mismo año 97, Kipketer padeció una malaria que lo mantuvo lejos de los tartanes durante un año. Aun así, fue capaz de volver con fuerza, correr, luchar y lograr su tercer y último título mundial en Sevilla, en 1999.

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