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Los 'okupas' toman un solar de Gràcia tras los altercados de la madrugada anterior

Los incidentes acabaron con la quema de contenedores y el destrozo de mobiliario urbano

Lluís Pellicer

Unos 200 jóvenes okupas tomaron ayer el solar número 70 de la calle de Torrent de l'Olla para instalar la "aldea gala rebelde", el espacio donde se celebrarán las fiestas alternativas que el Ayuntamiento de Barcelona ha prohibido este año. El distrito de Gràcia condenó ayer la actitud "violenta" y "agresiva" de los 300 jóvenes, que según la Guardia Urbana eran de aspecto okupa, que provocaron altercados en la plaza de Rius i Taulet la madrugada anterior e hirieron a tres policías. El incidente acabó con la detención de dos menores de edad, que quedaron en libertad ayer por la tarde.

Un pasacalle desde la plaza de Joanic hasta el solar donde se celebrarán las actividades programadas fue el arranque de las fiestas organizadas por la Asamblea de Fiestas Alternativas de Gràcia. Los conciertos se prolongarán hasta las tres de la madrugada todos los días hasta el próximo domingo. La ocupación de un solar privado, apuntaron fuentes policiales, impide que la Guardia Urbana pueda desalojarlos si antes no hay una denuncia de la propiedad.

Varios jóvenes se vistieron de galos durante el pasacalle. "Toda Gràcia está invadida por especuladores [...]. ¿Toda? ¡No! Una aldea poblada por irreductibles okupas resiste ahora y siempre al invasor", rezaba una octavilla. En la marcha protestaron por la "ilegalización" de sus fiestas y vocearon lemas contra el consistorio y los medios de comunicación. Dos portavoces del colectivo se mostraron molestas porque la Guardia Urbana atribuyó los incidentes de la madrugada anterior al colectivo okupa. "Ni nos vinculamos ni nos desvinculamos, pero hechos así pasan siempre que se establece un toque de queda", afirmaron.

La Guardia Urbana de Barcelona detuvo durante la madrugada de ayer a dos menores de edad tras los altercados en la plaza de Rius i Taulet que, de acuerdo con fuentes policiales, provocaron 300 personas con aspecto de pertenecer al movimiento okupa. Durante dos horas y media, los jóvenes quemaron contenedores, destrozaron mobiliario urbano, levantaron barricadas, atravesaron coches y tiraron al suelo varios ciclomotores. Dos agentes de los Mossos d'Esquadra y uno de la Guardia Urbana resultaron heridos, uno de los cuales tuvo que pedir la baja médica por contusiones. La policía detuvo a dos menores de edad, que fueron liberados después de pasar a disposición de la Fiscalía de Menores.

El concejal del distrito de Gràcia, Ricard Martínez, relató que los altercados empezaron a las 2.30 horas, cuando acabó la programación oficial de actos en la plaza de Rius i Taulet. Un grupo de jóvenes se quedó "tocando los bongos y otros instrumentos". "Dos agentes de la Guardia Urbana les advirtieron de que tenían que abandonar el lugar. Algunos pararon, pero otros les arrojaron objetos de vidrio", explicó. A la misma hora, en la plaza del Sol otro grupo de jóvenes impidió que una brigada del Ayuntamiento pudiera limpiar.

Batalla campal

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La Guardia Urbana pidió refuerzos, mientras los jóvenes de la plaza del Sol se añadían a los que estaban en la de Rius i Taulet. Los agentes se situaron en el sur de la plaza y los okupas en el norte, mientras que el centro lo ocupaban vecinos que aún paseaban. La policía sacó a los transeúntes e intentó dispersar a los okupas. Empezó entonces la batalla campal que acabó con los destrozos.

En un comunicado, el distrito aseguró: "Ante estos hechos queremos condenar la actitud violenta e irracional de estos grupos, los cuales queda claro que no tienen espacio en una fiesta de convivencia y participación". El alcalde de Barcelona, Joan Clos, aseguró que se trataba de "incidentes menores y colaterales".

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Sobre la firma

Lluís Pellicer
Es jefe de sección de Nacional de EL PAÍS. Antes fue jefe de Economía, corresponsal en Bruselas y redactor en Barcelona. Ha cubierto la crisis inmobiliaria de 2008, las reuniones del BCE y las cumbres del FMI. Licenciado en Periodismo por la Universitat Autònoma de Barcelona, ha cursado el programa de desarrollo directivo de IESE.

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