España recupera su corona

En la madrugada española de ayer y en una final cargada de emoción, España se impuso en San José (California, Estados Unidos) a Argentina por 2-1 y recuperó, cuatro años después y frente al mismo rival, el título de campeona del mundo de hockey sobre patines. La corona se la había arrebatado Portugal, al que el grupo dirigido por Carles Feriche apeó en las semifinales con un contundente 4-1.

El combinado español, cuyos técnicos y jugadores han sido en esta ocasión exclusivamente catalanes, suma así su duodécimo título, en 37 ediciones, y se acerca a Portugal (15), la otra gran potencia junto con Argentina (4) en el número de cetros. El penúltimo se remontaba a 2001, cuando, entrenado entonces por Catxo Ordeig, superó en San Juan, la cuna del hockey argentino, a los poderosos anfitriones.

La selección española que ganó ayer casi nada tiene que ver, sin embargo, con la de hace cuatro años. En la alineación de los actuales campeones ya no figuran ni Egurrola, el mejor portero mundial durante muchos años, ni Benito, ni Borregán, considerado unánimemente como uno de los mejores delanteros. Referente en los últimos años, Borregán anunció hace meses que en esta oportunidad no acudiría al Mundial "por cansancio".

A los veteranos Ordeig, Teixidor y Panadero se han unido ahora Bargalló, Torra, Gual o De Moya, por citar algunos de los recién incorporados, para formar un grupo aparentemente igual de solvente pese a haber prescindido de las estrellas del Barcelona y a haber cambiado también en la dirección.

Segundo de Ordeig durante años, ex técnico de la selección femenina y de la juvenil, Feriche, ha debutado al frente del banquillo español del mejor modo posible, nada menos que con la conquista del título mundial.

El cuadro español se ha mostrado en los últimos años como el más potente. Sólo Portugal, en 2003 y jugando en casa, en Oliveira de Azeméis, ha cuestionado la hegemonía marcada desde 2001.

La polémica política, en cualquier caso, sigue vigente en este deporte. La Federación Catalana continúa reivindicando su reconocimiento internacional para que Cataluña pueda competir como tal en todos los torneos. Máxime, después de que el Tribunal de Arbitraje del Deporte (TAS) sentenciara, el pasado mes de julio, que la Federación Internacional (FIRS) debe repetir la votación que, en noviembre de 2004, en su asamblea de Fresno, se lo negó. Meses antes, en marzo, el comité ejecutivo del máximo organismo del patinaje había reconocido provisionalmente a la selección catalana, que de esa manera pudo disputar el Mundial B, celebrado en Macao. Cataluña no desaprovechó la ocasión: se proclamó vencedora y, de paso, creyó asegurarse una plaza para competir en el Mundial absoluto, el que se cerró en la madrugada de ayer en San José. Semejante posibilidad desató todas las alarmas en la Federación Española, que recurrió ante la FIRS para impedir que Cataluña fuese reconocida oficialmente, pudiera competir al más alto nivel y, en su caso, llegar a enfrentarse a España. En Fresno creyó conseguirlo. Pero la Federación Catalana, apoyada por la Generalitat, no se rindió y llevó el asunto al TAS. El máximo tribunal deportivo sentenció que antes de nueve meses se deberá repetir una votación que, realizada a mano alzada, violaba los estatutos de la propia FIRS. Los jugadores dirigidos por Feriche, que entre sí y con su técnico se comunican en catalán, eludieron la polémica, no agitaron banderas y se limitaron a celebrar un título en el que el guardameta, Guillem Trabal, tuvo mucho que ver. Espléndido bajo los palos, el portero del Reus desbarató una y otra vez los intentos de Carlitos López por remontar los dos tantos que, logrados por Panadero y Eduard Fernández, habían colocado con ventaja a España. La presión argentina la materializó finalmente Mariano Velázquez, que pareció poner contra las cuerdas a España. Pero los pupilos del debutante Feriche resistieron, justificaron su revolución y amarraron el Mundial.