Asedio a Mickelson
Con la jornada suspendida por una tormenta, el estadounidense sigue líder a falta de siete hoyos, y Woods ya está entre los primeros
La última jornada del campeonato de la PGA se suspendió por una tormenta cuando el estadounidense Phil Mickelson encabezaba la competición, a falta de siete hoyos, con un global de cuatro golpes bajo par. Tres él, el australiano Steve Elkington y el danés Thomas Bjorn, a un golpe y Davis Love, Vijay Singh y Tiger Woods, a dos. El Tigre es el único de estos jugadores que concluyó su recorrido. La sorprendente capacidad de recuperación del californiano le ha llevado, en menos de 48 horas, de pasar el corte en el último golpe en la segunda jornada, a liderar oficialmente el torneo. Esto sucede, porque la clasificación no se fija hasta que cada jugador termina. De los que ayer pudieron finalizar, Woods es el líder.
El campo de Baltusrol, Springfield, pasó de una calima aplastante, cercana a los 38 grados centígrados, a un remolino de viento, agua, truenos y rayos. Precisamente, la suspensión se debió a la aparición de la tormenta con aparato eléctrico. Las varillas metálicas de los palos, en medio de las amplias extensiones sin arbolado de los campos de golf, se convierten en pararrayos.
A los españoles no les amenazó el clima. Ya habían terminado hacía mucho cuando se desataron los elementos. Sergio García, con un total de +3, Miguel Ángel Jiménez cerró con +6 y José María Olazábal con +7.
Mickelson, zurdo falso, "víctima" del efecto espejo cuando imitaba a su padre de pequeño en su localidad natal de San Diego, continuaba con su defensa agónica del liderato. Mickelson, de 35 años, ganó su primer grande en 2004. Se puso la chaqueta verde de ganador en Augusta. Llevaba 13 años persiguiendo ese momento. Poco después, estuvo muy cerca de imponerse en el Open de Estados Unidos, pero el surafricano Retief Goosen le ganó en el último hoyo del último día.
El californiano Tiger Woods, número uno mundial, mantuvo su escalada en la clasificación. Ayer se marchó a la cama contando con los dedos los jugadores que marchan por delante de él. Pocos. Poquísimos si se recuerda su pésimo arranque, el jueves, cuando firmó una tarjeta de +5. "He hecho un montón de cosas bien a lo largo de la semana", dijo al caer la tarde. Seguramente, no las suficientes para ganar.
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