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Giuly rompe la defensa bética

Ludovic Giuly, el extremo francés del Barça, empezó ayer la temporada como el año pasado: marcando el primer gol oficial del equipo catalán. Es un motor diesel capaz de revolucionar a un conjunto cohesionado y virtuoso, pero que a veces se atasca de cara a puerta. El delantero fue ayer la llave que abrió la goleada de los azulgrana y que puso en bandeja el segundo título del Barça en la etapa de Frank Rijkaard: la Supercopa, que se le resiste desde 1996.

Lejos de aburguesarse, Giuly encarnó el papel de empleado cualificado al servicio de las estrellas del equipo, apagadas hasta que llegó el primer gol. Situado Ronaldinho por el centro y escorado Eto'o a la izquierda, Giuly fue el único que abrió el campo por la derecha encarando la diagonal hacia el área, aprovechando también las asistencias de Edmilson, el elegante pivote defensivo, que le tuvo como referencia de ataque. El francés puso el trabajo para que Ronaldinho y Deco derrocharan magia y Eto'o la puntería. Con una fuerza impresionante, Giuly superó una y otra vez a su marcador Luis Fernández hasta que anotó el gol y encarriló la victoria azulgrana. "Fue una asistencia impresionante de Ronaldinho. Tenemos un 0-3 y tenemos que encarar el partido de vuelta con tranquilidad", dijo el jugador.

Giuly, sustituido a 20 minutos del final por Van Bommel, que debutó en el Barça, ha vuelto a repetir su fulgurante arranque del curso pasado, cuando contaba los goles por partidos. Una cadena de lesiones le apartaron de la titularidad hasta que volvió a explotar a final de curso. Justo a tiempo para marcar los 10 goles que prometió cuando llegó al Camp Nou. Ayer inició su cuenta particular y envió el primer aviso al presidente Laporta que aceptó su apuesta: superar sus 11 goles de la pasada Liga.

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