Resacón en la hierba
El doctor Mengele sigue vivo y la Oftalmología tiene algo que ver con la ceguera fundamentalista de orientación islamista extrema.
Ahí queda eso.
Son dos revelaciones que acabo de recibir en exclusiva, pero a las que cualquiera de ustedes, no me cabe duda, hubiera podido acceder. A condición, naturalmente, de tener que fijarse en todo y sacarle punta a todo, por vivir sometidos, como yo, a la dulce presión, al placer y el deber de escribir este artículo de 82 líneas diarias, disfrutando, al mismo tiempo (durante los últimos cinco días) de la magnífica experiencia de dirigir un taller sobre articulismo en los Cursos de Verano de la Universidad Complutense, en El Escorial. De esto último les hablaré próximamente, porque vale la pena compartir los gozos, tanto como las sombras sobre las que versa el artículo de hoy. Las 82 líneas, o 4.400 caracteres (contando espacios) son una medida diabólica. Pues te ocurre con ella lo contrario que con la existencia misma: que cuando llegas a la mitad te das cuenta, con desolación, de que todavía te faltan muchas líneas. En el ajetreo vital, lo que nos ocurre es que ya sólo (calculando mucho) nos queda la mitad.
He tenido una doble iluminación, dos sobresaltos que, cual dos ríos infestados de cocodrilos, van a dar al mismo mar de los Sarcasmos
Decía, pues, que, como suelo (no edificable), he tenido una doble iluminación, un descubrimiento paralelo. Dos sobresaltos que, cual dos ríos infestados de cocodrilos, van a dar al mismo mar de los Sarcasmos.
Revelación número uno. Versa sobre el horrendamente famoso doctor Mengele, el llamado ángel negro de los campos nazis, el vil autor de experimentos científicos en seres humanos, esa sabandija que consiguió huir y desaparecer y a quien se buscó durante décadas en América del Sur, y a quien hemos dado por muerto... Pues no. Está vivo (en mi humilde opinión, que paso a exponer seguidamente).
Debería haberlo sospechado y deducido mucho antes. Que tanto ir y volver de Augusto Pinochet al hospital y, ahora, tanto dengue sanitario por parte de su mujer, únicamente podía deberse a Una Cosa. Es decir, a que su médico de cabecera se encuentra a la bajura de sus méritos. ¿Y quién si no Mengele podría atender en consulta a tamaños semejantes con mejores acreditaciones? Ya sé (también yo veo Urgencias año tras año en sus infinitas reposiciones) que el deber de todo doctor, a causa de su juramento hipocrático, consiste en luchar desesperadamente por salvar y sanar a cualquiera, por indeseable que sea, se llame como se llame y haya hecho lo que haya hecho. Tal es, según mi humilde parecer, el talón de Aquiles del doctor Benson y del doctor Green en la serie, por no hablar del doctor Clooney, que en algún capítulo ha tenido que curar al delincuente juvenil que disparó, mientras le fallece en los brazos el niño que resultó herido. Para todo hay un límite, sin embargo. Y sólo la Bestia Mengele está a la altura de la Bestia Pinochet y sus adyacentes. Por no contar que debe de ser el único al que no le tiembla el pulso cuando el ex dictador y eternamente perverso ser le contempla, con el fonendoscopio de por medio. Con la mano en el corazón: si ustedes fueran tiranosaurios, ¿se dejarían introducir un enema por Cualquier Matasanos? Otra cosa somos los seres normales. A mí hasta me gustan las batas blancas (y los pijamas verdes e incluso color caca: son muy sexy, por las aperturas), y confío inmediatamente en cualquiera que lleve una mascarilla, pero no creo que a los tiranos les ocurra lo mismo.
Atención, pues, cazadores de nazis. Os he dado, claramente, una pista.
Vayamos a la revelación número dos. ¿Cuál es el ambiguo papel que la Alta Oftalmología ejerce, o puede ejercer, o ha dejado de ejercer sin haberlo ejercido nunca, en la expansión o en el freno de lo que podríamos llamar, en plan Contradicción Total, el Pensamiento Fundamentalista (sector Barbas Profundas)? ¿Han observado que cuanto más despiadado es el fanático peor luce Su Visual? Tuertos, bizcos, legañosos, ciegos: literalmente, quiero decir (y muy gordos: como no se ven bien, comen como curas). No estoy con esto haciendo juicios prejuiciosos. Tiren de archivo gráfico y lo comprobarán. Salvo el vivales de Osama Bin Laden, del segundo para abajo pueden crear varias ONCE. Si hubieran pasado por la Consulta del Doctor Barraquer, como hicieron los miembros de la Casa Real saudí, habrían podido aguantar ratito más.
Perdonen la tontería de hoy, pero tengo una resaca producto de la fiesta Fin de Curso indescriptible en el prado.
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