CLAVES DEL SIGLO XX
En busca del tiempo perdido (1913-1926). Marcel Proust. Para Harold Bloom es el cierre de la novela del XIX (honor que le cabe al último Henry James); pero lo que aquí se inventa es la ficción del siglo XX. Conectar con Bella del Señor, de Albert Cohen.
Parade's end
(1924-1928). Ford Madox Ford. El mejor escrito sobre la I Guerra Mundial y sus efectos. Otras gestas británicas: La saga de los Forsyte, de Galsworthy, y Una danza para la música del tiempo, de Anthony Powell.
La montaña mágica (1924). Thomas Mann. El largo y tuberculoso aliento del XIX al servicio de una centuria lista para sufrir males del espíritu.
Lo que el viento se llevó (1936) Margaret Mitchell. Poco valor literario, gran poder de contagio. Variante soviética denostada por Nabokov en su atípico novelón Ada, o el ardor: Doctor Zhivago, de Pasternak.
Las aventuras de Augie March
(1953). Saul Bellow. M. Amis y C. Hitchens juran que es la gran novela americana. Tras ella, el Cheever de La familia Wapshot, el Styron de La decisión de Sophie, los Conejos de Updike y los Zuckermans de Roth.
El señor de los anillos
(1954-1955). J. R. R. Tolkien. Lo más influyente en toda la historia del género fantástico.
Los reconocimientos (1955). W. Gaddis. La falsificación como una bellísima arte. Da origen a parte de los novelones posmodernos (Pynchon, Perec y Eco).
La novela de Ferrara (1955 1980). Bassani. Definitiva, con El gatopardo de Lampedusa, a la hora de la autopsia en vida a los habitantes de un lugar.
El tambor de hojalata (1959). Günter Grass. Fresco realista mágico alemán cuyo protagonista decide no crecer.
Poderes terrenales (1980) Anthony Burgess. El siglo como tema y un artista total como testigo. Contrapartes: El mar, el mar, de Iris Murdoch, y Posesión, de A. S. Byatt.
Hijos de la medianoche (1980). Salman Rushdie. El nacimiento de la India moderna y del telepático Salem Sinai.
Príncipes de Maine, reyes de Nueva Inglaterra (1985). John Irving. De las novelas de este dickensiano es la más cercana a su maestro. Su otro tutor es R. Davies (su Trilogía Deptford es inolvidable). Y no olvidar a Richard Russo. Un espía perfecto (1986) Le Carré. Vida y traiciones de Magnus Pym. Opción CIA: El fantasma de Harlot, de Mailer. Placeres culposos: El padrino, de Puzo, y Los pilares de la tierra, de Follet.
Crónica del pájaro que da cuerda al mundo (1997) Haruki Murakami. Pasado, presente y acaso futuro de Japón, con la textura de una pesadilla.
Submundo (1997). DeLillo. Quizá el último gran novelón del siglo XX. Ambición tolstoiana para narrar 50 años de historia norteamericana. Tótem para una nueva generación: Boyle, Chabon, Eugenides, Lethem, Wallace, o Powers (El tiempo de nuestras canciones, primer novelón del XXI).
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