Antonio García de Blas, economista
Antonio García de Blas, un gran profesional y persona muy representativa del periodo de la transición y de la modernización del país, ha muerto de una parada cardiaca en Australia.
Madrileño, hizo sus estudios universitarios de Económicas en la Universidad Complutense de Madrid, superando al poco tiempo las oposiciones de Técnico de Administración Civil (TAC), actualmente Administradores Civiles del Estado, en los años finales de la dictadura.
Se incorporó a los primeros equipos económicos de la transición, en el Gabinete de José Luis Leal y fue posteriormente responsable de la negociación colectiva para las empresas relacionadas con el sector público, sobre la que hizo anualmente el Informe de la Negociación Colectiva en España, dependiendo directamente del vicepresidente Abril Martorell, al que le unió una gran amistad.
Director general de Política Económica entre 1985 y 1990 con la Administración socialista, y secretario de la Comisión Delegada de Asuntos Económicos, también durante este tiempo ejerció la Secretaría del Informe sobre la Sanidad en España, el Libro Blanco de la sanidad, dirigido por Abril Martorell.
Al finalizar este periodo ligado a la función pública, sus preocupaciones se dirigieron cada vez más hacia la empresa, ocupándose primero como director general de la División de Alimentación de Tabacalera y consejero delegado de Royal Brands, posteriormente Nabisco. De esta empresa privada fue no sólo responsable de España, sino también de Europa y del norte de África.
Y siguiendo su estela en el área de alimentación dirigió la reorganización de La Casera, para finalizar últimamente en Calidalia un portal de las principales empresas de alimentación españolas, ocupándose principalmente de compras y servicios compartidos.
Se había pasado decenas de horas organizando por Internet este viaje a Australia con su mujer, que tanta ilusión les hacía. Imposible imaginar a Antonio sin su mujer Mari Luz, profesora de generaciones de estudiantes de Pozuelo de Alarcón, y sin su hija Tamara.
Antonio García de Blas era un progresista, sin vinculación partidista, que contribuyó decisivamente a la modernización del país, tanto en el servicio público como en la empresa privada.
Personalmente, Antonio fue un vitalista, afable y cariñoso, alegre y de contagioso optimismo, amigo de sus amigos, que contribuyó a hacer más agradable la vida a los que tuvimos la suerte de conocerlo.
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