Plaza estrena la ópera 'porteña' de Piazzolla y Horacio Ferrer

María de Buenos Aires es uno de los experimentos musicales más interesantes del género lírico operístico del siglo XX. Se trata de una creación de dos grandes de la cultura argentina, el compositor y músico Astor Piazzolla y el escritor y poeta Horacio Ferrer. Para dar cuerpo al proyecto se ha contado con otro grande de la escena española, el director José Carlos Plaza que se confiesa fascinado por esta ópera, muy distinta a otras abordadas por él.

"Es difícil de encajar..., tiene música, palabra, canto, interpretación y está muy relacionada con las nuevas dramaturgias, como las de Mayorga o Rodrigo García, marcadas por monólogos sincopados", explica el director teatral, y añade: "Es una ópera de 2005, aunque escrita antes, coherente con nuestra sociedad y a la que se han incorporado nuevos lenguajes como los audiovisuales".

Ferrer se encuentra en Madrid para participar hoy en el estreno de esta ópera en el Matadero de Legazpi, dentro de la programación Los Veranos de la Villa. Ayer se mostró especialmente contento por encontrarse en esta ciudad que define de "catedral del teatro y de la lengua".

La ópera narra la trágica caída y resurrección de una prostituta por las malas artes de un bandoneón que finalmente acaba con su vida. El tándem Piazzolla-Ferrer vierte en la composición un irrefrenable inclinación hacia lo arrabalero y lo marginal, tiñéndolo todo de un aire surrealista evocador de imágenes.

Ferrer tuvo un recuerdo para su partenaire operístico, el gran Piazzolla: "Hace 13 años que saludó a la vida, parecía mentira que ese toro pudiera caer, es una pena que no pueda ver que otra vez triunfamos los del café", dijo utilizando el término con el que el músico argentino llamaba a su grupo. Ferrer comentó que esta ópera rezuma aromas de tango: "El tango es de por sí teatral y esta operita, como la llamamos sus autores, está escrita sin teoría, tan sólo hemos entreverado palabra y música, como se hace con el tango".

Adalid Producciones, empresa valenciana que ha puesto en pie este proyecto, ha contado también para el vestuario con el diseñador Francis Montesinos y para el espacio escénico con el pintor Enrique Marty: "Son dos locos maravillosos que han creado un mundo onírico lleno de imágenes", dijo ayer Plaza quien también ha contado con el escenógrafo Francisco Leal.

"Es especialmente importante la presencia de Ferrer en esta obra; la grandeza de su talento poético ha hecho que para mí trabajar en este espectáculo sea una suerte tan grande como hacerlo con textos de Valle Inclán o Lorca", señala Plaza quien sostiene que el escritor argentino le ha abierto su cabeza a nuevas e insólitas imágenes.

El montaje cuenta con la soprano Emilia Onrubia , en el papel de María y de la sombra de María, un personaje que en palabras de Plaza es un canto a la vida y a la mujer como fuerza generadora. Para hablar de la ópera la soprano utilizó unas palabras del texto: "'El mañana es hoy con el mañana después'; ése es el todo de María de Buenos Aires", afirmó.

También participan el barítono Alejandro Briglia, que asume distintos personajes o voces; el actor argentino Manuel Callau, convertido en un duende; y diversos actores, bailarines y cantantes, además de una orquesta de 11 músicos compuesta por un quinteto de cuerda, una guitarra, piano, flauta, dos percusionistas y un relevante bandoneón.