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Reportaje:CULTURA Y ESPECTÁCULOS

Belén Maya presenta 'Dibujos, un montaje intimista en solitario

La bailaora se hace acompañar de la guitarra de José Luis Rodríguez, el cante de Falo y las palmas de Ana Calí en un espectáculo donde el baile es la vía por la que la artista intenta "expresar" sus vivencias personales y sus "reflexiones sobre el flamenco

Viene sola. Con un concepto musical "más centrado en el cuerpo", pero sobre todo "intimista". La búsqueda incesante de Belén Maya (Nueva York, 1966) de nuevas formas de expresión en el movimiento se resume en tres palabras: "desnudez del baile". El cante (Falo), la guitarra (José Luis Rodríguez), las palmas (Ana Calí) y el baile forman el montaje del espectáculo Dibujos, que se estrenó hace dos semanas en China con motivo del XX aniversario del hermanamiento entre Pekín y Madrid, y que se presenta hoy en Madrid (22.00 en el escenario de los Jardines Sabatini), dentro del ciclo dedicado al flamenco en el marco de Los Veranos de la Villa. Con "un trazo geométrico en las posiciones del cuerpo", y a través de los ritmos de soleás, alegrías, rondeñas y bulerías, Maya cuenta sus reflexiones sobre el arte del flamenco, así como sus "vivencias y experiencia".

"No necesito nada más para transmitir lo que quiero contar. El flamenco es emocionar, y mientras menos cosas necesites para ello, mucho mejor", comenta la bailaora, quien aclara que no se opone al uso de las nuevas tecnologías en los montajes de este arte: "Nunca utilizo fotos ni proyecciones sobre el escenario, porque hasta ahora no me ha hecho falta. Pero creo que si la base de un espectáculo pide utilizar audiovisuales para expresar mejor lo que quieres comunicar, si está justificado, entonces, está bien".

Coreografía teatral

El espectáculo no prevé grandes cambios, según la artista, en cuanto a la estética que caracteriza sus puestas en escena; montajes que desde hace siete años trabaja conjuntamente Mayte Martín al cante. "Es el mismo baile que hago siempre, la diferencia es que este proyecto lo hago sola. Está basado cien por cien en la música; es muy femenino y elegante, con un flamenco muy tradicional, pero a la vez muy teatral", describe. Precisamente es el aderezo teatral de las posiciones geométricas del cuerpo de donde ha nacido el nombre de la coreografía. Eso sí, la bailaora madrileña promete ofrecer su habitual versatilidad en el vestuario: "Habrá desde lo más moderno a lo más tradicional. Por ejemplo, luciré dos trajes de cola que son una joya, luego uno en la rondeña, otro en la bulería... A mí no me gusta repetir prendas ni en los números ni en los espectáculos".

Belén Maya dice que podría haber bailado cualquier otra cosa que no sea flamenco. Estudió ballet "desde muy pequeña": "Mi cuerpo no me dejó otras opciones", señala. Sus influencias son muy diversas: Carmen Cortés, Cristina Hoyos, Carmen Coral e incluso ha bebido del arte de su padre, Mario Maya, con quien inició su trabajo profesional en el ámbito flamenco. "Recuerdo que mi padre me puso la última de la última en su compañía. Al principio, él no creía que podía bailar flamenco, pero el tiempo le ha demostrado que sí", puntualiza la artista, que sueña compartir cartel con la bailaora Eva Yerbabuena.

Su rebeldía e independencia le han llevado a una lucha incesante por desmarcarse de su herencia flamenca -hija de dos grandes artistas flamencos, Carmen Mora y Mario Maya, nació en Nueva York durante una gira de sus padres- y crear un estilo propio, enriquecido por "mucho braceo, elementos de la música contemporánea y la danza hindú", entre otros estilos. De hecho, asegura que "odiaba el flamenco" hasta la edad de 18 años. "El flamenco para mí no es una forma de vida, sino de expresión. Yo no viví las juergas y ese ambiente del tablao", confiesa Maya, quien se autodefine como una outsider de este género. Sin embargo, hoy por hoy, el flamenco es la forma de exteriorizar sus sentimientos: "Mi baile es bastante interior. Ensimismado. Da vuelta un poco a lo mismo, a la tristeza, a la soledad y a la felicidad porque también se puede bailar desde la felicidad, de estar muy a gusto contigo y con todo".

El primer número del espectáculo de esta noche comienza con un trémulo de guitarra sin cante que se desarrolla en el suelo. Tumbada, de rodillas y descalza, la bailaora pretende "comunicar la sensación de pereza que se siente al trabajar cuando cuesta moverse". Aunque el momento más álgido, promete la artista, será con las alegrías: "Primero porque creo que es donde la gente puede disfrutar más, ya que es el más lírico, el más musical, el más airoso y rítmico. Y luego, porque las dos batas de cola que llevaré son una maravilla".

Belén Maya.
Belén Maya.LUIS MAGÁN

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