Asia, un filón
Siete equipos españoles han aprovechado la pretemporada para hacer giras de promoción económica a costa de sacrificar su preparación deportiva
Cuestión de dinero. Carece de importancia que registren a los directivos que van al palco, que el colegiado FIFA amoneste a un futbolista por ir al banquillo a solicitar un botellín de agua o que se pidan unos espagueti sin salsa y se inunden de tomate. Son pequeños errores derivados de la inexperiencia, menudeces y peajes que tienen que pagar los clubes españoles por expandir sus imágenes. Deportivamente, sus giras son negativas, pero la marca es lo que se vende, la que reporta beneficios. Y Asia, un continente que hace poco menos de un decenio que ha introducido plenamente el fútbol como deporte de ocio, se antoja un filón. El Barça, que concluyó anteayer su periplo; el Madrid, el Espanyol, el Sevilla, el Villarreal, el Zaragoza y la Real Sociedad la han visitado estas semanas.
Una veintena de jóvenes ataviados del mismo modo, con un escudo bordado sobre la sudadera, recorrían las calles de Filipinas, Hong Kong y Tailandia en 1973. Eran los jugadores del Espanyol, que, por las relaciones empresariales de su presidente de entonces, Manuel Meler, disputaron unos partidos con equipos asiáticos y se convirtieron, sin saberlo, en pioneros. Aunque los transeúntes les seguían con la mirada, sus caras de intriga delataban su desconocimiento. "Pasábamos absolutamente inadvertidos. Creo que no me pidieron ni un autógrafo", explica el ex internacional Solsona, integrante de aquella expedición.
Ahora es todo lo contrario. Un mérito del Manchester United, que en los años 90 explotó el merchandising mediante sus visitas periódicas. Su apogeo: al término de la temporada 1998-99, cuando, con el hoy madridista Beckham a la cabeza, viajó con los trofeos de la Liga y la Copa inglesas y de la Champions.
Pero... ¿por qué Asia? Un club es una marca. Y una marca necesita tres derivadas para crecer como tal: multiplicar la audiencia, aumentar el perfil socioeconómico y explotar las relaciones para consolidar el negocio y fidelizar simpatizantes o seguidores. Y Asia es el continente más poblado, posee grandes multinacionales y está dispuesta a idolotrar a los futbolistas.
"En junio lloraron 50.000 personas porque no pudieron ver a Ronaldinho [se resarcieron en julio]", precisa Shigeo Hidaritomo, director general del Yokohama Marinos, japonés. Y es que, por el momento, los asiáticos se fijan en los jugadores, no en el equipo. "Al no tener una identificación cultural o geográfica, optan por las estrellas mediáticas. Pero, a medio o largo plazo, serán hinchas del club", comenta una fuente oficial del Madrid.
A corto plazo, en todo caso, prima lo económico. "Seguro que para la planificación de la pretemporada no es lo mejor hacer viajes de tantas horas, pero... ahí está el dinero", alega Miguel Ángel Lotina, el técnico del Espanyol. Pero no son lo mismo el Madrid o el Barça, que juegan para miles de aficionados y millones de espectadores ante los televisores, que para los demás, que a duras penas llenan la mitad de los estadios.
Mientras el cuadro blanco tiene un caché de tres millones de euros por encuentro y al azulgrana le han pagado otros tres por disputar dos, los otros dependen de las negociaciones. El Espanyol obtuvo cerca de uno por tres partidos y el Villarreal, el Sevilla y el Zaragoza, que coincidieron en un torneo en China, y la Real Sociedad, que fue a Corea del Sur, tuvieron que conformarse con algo menos de medio.
Aunque los técnicos y los futbolistas, como parte de una empresa que son, aceptan el motivo del viaje, son muchas las quejas. "El objetivo es darse a conocer. Pero, lógicamente, rompe nuestros planes de preparación", esgrime el entrenador del Sevilla, Juande Ramos. "La humedad y la temperatura, además de los terrenos de juego, no son las más adecuadas", apunta Frank Rijkaard, el del Barça. "Aunque trunca nuestro ritmo, hay margen suficiente para recuperarse", matiza Víctor Muñoz, el del Zaragoza.
Y los problemas físicos se suceden. "Para combatir las fuertes temperaturas y la alta humedad, los jugadores tienen que beber mucha agua, tomar sales minerales y procurar descansar lo máximo", analiza Juan Alborch, doctor del Villarreal. "Tuvimos dos casos de gastroenteritis leves porque los alimentos no eran los mismos", observa Jesús Villanueva, del Zaragoza. "Se le hospitalizó porque ha sufrido un desequilibrio electro-líquido por el aumento de la sudoración", relata Toni Tramullas, del Barça, a propósito del tercer portero, Rubén.
Pero no todos aceptan, todavía, hacer las Asias, seguir la ruta de la seda de Marco Polo para comercializar sus productos. El Racing rechazó la invitación. "A pesar de que nos pagaban mucho, tenemos un conjunto con muchas caras nuevas y era mejor dejarlo para el año que viene", razona Manuel Huerta, el presidente, que, no obstante, sí cerró un convenio de colaboración con el Teda, chino, para intercambiar jugadores y técnicos.
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