Wim Duisenberg, primer presidente del Banco Central Europeo
El holandés Wim Duisenberg, de 70 años, fue encontrado ahogado, al mediodía de ayer, en la piscina de su casa de Faucon, en el sureste de Francia. La muerte tuvo causas naturales y se debió a un problema cardiaco, según informó anoche el fiscal encargado del caso. Duisenberg, fue el primer presidente del Banco Central Europeo (BCE), cargo que abandonó hace dos años, con el logro de la introducción del euro y de la lucha por la estabilidad de precios en la eurozona. Duisenberg, presidió el BCE entre mayo de 1998 y noviembre de 2003, cuando fue sustituido por el francés Jean-Claude Trichet.
El economista holandés afrontó un gran reto al ser el primer presidente del BCE y tener la difícil tarea de gestar una Unión Monetaria que culminó con la exitosa introducción del euro el 1 de enero de 2002. Duisenberg será recordado en la historia sobre banca central por haber dirigido la introducción de la moneda única en 12 países europeos, por lo que se ganó el apodo de Mr. Euro, pese a que él mismo, con humildad, consideraba que los éxitos de su mandato debían ser compartidos con sus colegas.
El banquero dijo en una ocasión que su mayor logro al frente de la presidencia del BCE había sido conseguir que el consejo de gobierno, el órgano ejecutivo de la entidad, fuera un equipo compenetrado y que en cada decisión se tomara como punto de referencia la zona euro, sin influencia de fuerzas políticas. No obstante, reconoció también que el momento de su mandato que recordaba con mayor satisfacción era la introducción del euro en 2002.
Su objetivo durante los cinco años y medio al frente de la autoridad monetaria europea fue lograr que las 12 entidades que componen el Eurosistema funcionaran con una sola identidad, proceso que él mismo consideró que tardará muchos años.
Duisenberg, del que destacaba su estatura y, en los últimos años, su cabello blanco, abandonó la presidencia del BCE casi tres años antes de que terminara su mandato de ocho, según repitió en varias ocasiones, por motivos de edad. Sin embargo, su marcha prematura se debió más bien al acuerdo tácito alcanzado entre París y Bonn en mayo de 1998 para que no agotara su mandato y lo compartiera con Trichet.
A lo largo de su mandato al frente del BCE fueron muchas las presiones de gobiernos del área euro, especialmente de Alemania y Francia, para que recortara los tipos de interés con el fin de impulsar el crecimiento económico de los 12 países del euro. Eugenio Domingo Solans, miembro español del consejo de gobierno durante la presidencia de Duisenberg, hacía hincapié en una ocasión en la importancia que el holandés siempre otorgaba al consenso para que el consejo de gobierno tomara las decisiones de política monetaria.
Quizá el punto más débil de su mandato fuese su política de comunicación con los mercados financieros y con los medios informativos, que desencadenó críticas y reproches por los malentendidos y deslices verbales a los que se prestaron a veces sus declaraciones.
Nacido en Heerenveen (norte de Holanda) el 9 de julio de 1935, Duisenberg, en ocasiones poco discreto y preocupado por respetar las formas, se doctoró en 1965 con una tesis sobre Las consecuencias económicas del desarme.
Entre 1965 y 1969 trabajó como asesor en el Fondo Monetario Internacional (FMI), y hasta 1973 fue profesor de Macroeconomía en la Facultad de Economía de Amsterdam. En esa fecha fue nombrado ministro de Economía en el Gobierno presidido por Joop Den Uyl, puesto que ocupó hasta 1977, periodo en el que se ganó la reputación de gran líder político al tener que afrontar la crisis del petróleo.
Presidió el organismo antecesor del Banco Central Europeo, el Instituto Monetario Europeo, entre los años 1997 y 1998, y el banco emisor holandés, desde 1982 hasta 1997.-
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