Sobre la M-501

Día tras día oigo, leo y veo desde diferentes medios de comunicación, hablar a la flamante presidenta de la Comunidad de Madrid, reclamar la necesidad urgente de desdoblar la carretera M-501, dado el elevado índice de siniestralidad, por tanto defendiendo la supuesta seguridad de los conductores, demostrando una sensibilidad sin precedentes que nos llega a todos al corazón, que todos los días vela por nuestra seguridad.

¿Cómo se puede intentar engañarnos de esta manera sin que nadie haga algo al respecto? Está demostrado por estudios anteriores, véase informe del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) e informes negativos de la propia Consejería de Medio Ambiente, en la época de Alberto Ruiz-Gallardón, que el desdoblamiento de la carretera de los pantanos es un disparate medioambiental y una irresponsabilidad, por ser el principio y el fin de uno de los mejores parajes de Europa. Y, lo que es más grave, tales desdoblamientos no disminuirían el riesgo de accidentes y sólo atraería a la zona a todos esos grupos de poder que ya se frotan las manos pensando en la recalificación de miles de hectáreas para la culminación de sus sueños megalómanos llenos de urbanizaciones excluyentes y los consabidos campos de golf.

Convertir la M-501 en autovía es convertir el oeste de Madrid en una gran urbanización a costa de lo que sea, inventándose supuestos intereses generales (no sé a quién le habrá preguntado) y argucias legales para conseguir sus propósitos transformándose en el enemigo número uno del medio ambiente de la Comunidad de Madrid. Desde ámbitos científicos y conservacionistas se está advirtiendo del desastre que supondría el desdoblamiento y, sin embargo, los medios de comunicación se abstienen de darle la verdadera importancia a esta osadía bárbara y manipuladora.

Cuando nuestra presidenta consiga sus propósitos y con la excusa de la seguridad vial, veamos año tras año cómo florecen proyectos urbanísticos sin control en el oeste de Madrid y este de Ávila, ¿qué haremos? Paremos esta locura y protejamos uno de los santuarios naturales de Europa por el bien de las generaciones futuras, antes de que sea demasiado tarde. Por cierto, esa política de hechos consumados y de mentiras disfrazadas de verdad, de un mundo mejor y más seguro, ¿no recuerda a alguien o a algún gobierno anterior que al final fue víctima de sus propias mentiras.