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Punto y seguido de un juicio mediático

La sentencia que se conoció ayer en Sevilla no parece que vaya a poner el punto final al caso Farruquito. Los recursos que van a presentar los representantes de las diferentes partes en septiembre continuarán el proceso a un artista que ha visto cómo en un año ha pasado de ser conocido como futura promesa del baile y comparado con Camarón a protagonizar las portadas de revistas y programas de la prensa rosa.

El medio centenar de periodistas que han seguido dentro y fuera del edificio judicial el proceso durante cinco días y que ayer también asediaban a María Ángeles Madero, la viuda de Benjamín Olalla, eran el ejemplo del cambio en la vida del bailaor, que se declaró culpable tras ser detenido por la policía el 27 de marzo de 2004. Hasta ese día, el hermano menor del bailaor, Antonio Fernández, de 16 años, era el autor de la muerte de Benjamín Olalla porque se había autoinculpado el 23 de febrero de 2004.

Al saber la verdadera identidad del autor y conocer la trama urdida por el artista, junto a un empresario marbellí, un policía y un ex policía, para continuar con su carrera y librarse de la pena, María Ángeles Madero acudió a varios programas de televisión para denunciar que Farruquito no estuviese en una prisión. En los platós televisivos y en las calles de la capital andaluza se comenzó entonces a debatir la necesidad de volver a reformar el Código Penal para endurecer las penas y castigar más duramente los delitos de seguridad vial.

Madero denunció durante todo el año, junto a numerosas víctimas de atropellos, su desamparo y pidió un fallo justo. Lo mismo hizo el bailaor, temeroso de convertirse con una sentencia ejemplarizante en un precedente, en el último día de juicio al pedir que se le juzgara por su nombre, José Manuel Fernández Montoya, y no como Farruquito.

El bailaor siempre ha justificado que dejara que su hermano se autoinculpase porque desde la muerte de su padre ha tenido que sacar adelante a su familia y también por miedo a que se truncara su carrera artística.

Para su letrado, Benito Saldaña, la sentencia "es justa porque lo demás era venganza", aunque para María Ángeles Madero el juicio tiene que continuar. Será en septiembre en los juzgados.

El artista sevillano se irá de España en agosto y viajará a EE UU, donde bailará y recreará, junto a su madre, los palos fundamentales del flamenco en el espectáculo Farruquito y familia.

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