Más del teatro en Alcorcón

Verá, señor concejal de Cultura de Alcorcón, don Marcelino, parece que no está muy bien informado y me gustaría aportar un poco de luz a sus sombras. No hubo ningún ensayo general en los Castillos de la obra El cerco de Leningrado por parte del grupo Lamala Compañía, a no ser que usted llame ensayo general a la representación de la obra a las ocho de la tarde.

Y no lo hubo porque el martes, que era el día del ensayo general, el centro estaba cerrado porque el conserje tenía horas sindicales y la directora, según sus palabras, no tenía por qué abrir la puerta a nadie. Claro que hablé con la Concejalía de Cultura y muy amablemente me dijeron que antes de ir a ensayar llamara antes al centro "a ver si estaba el conserje y nos abría".

Con la Escuela de Teatro se quedó que el técnico de la concejalía vendría a las 15.30 del sábado 2 de julio. No apareció hasta las 17.00 porque su jefe le dijo que "con ir tres horas antes había de sobra". No tengo nada que objetar, lo único, que me podía haber avisado también a mí, ya que el 2 de julio, a las 15.30, no sabe usted el calor que hacía en la explanada y la cara de tontos que teníamos todos esperando al técnico para que colocara los focos.

Pero da igual, ya da igual. Leyendo su carta me doy cuenta de lo poco que le importa; sólo le ha preocupado verse en el diario con una crítica negativa. Una cosa, sí participé en la misma muestra con otro grupo, Edad Dorada; es el Grupo de Teatro de Mayores de Polvoranca y yo soy la monitora voluntaria (no percibo ningún honorario por ello) que dirige el grupo, y le diré que su concejala es una mujer maravillosa que se preocupa por ellos y que asiste a sus montajes, que, a pesar de su corta trayectoria, han sido varios.

Está muy bien programar teatro de calidad, es lo menos que puede hacer un concejal de Cultura, pero también sepa que calidad puede encontrar en personas que no cobran, que no tienen nombre, que no se apoyan en una fama que a menudo es inmerecida, y pierda un poco el tiempo y venga a vernos. Tal vez se lleve una grata sorpresa. Yo le recomiendo El cerco de Leningrado, por lo de los sueños perdidos.